viernes, 17 de octubre de 2008

Sobre el documento “Cuba necesita un socialismo participativo y democrático.”

Sobre el documento “Cuba necesita un socialismo participativo y democrático.”
Los llamados de Fidel y Raúl han sido contribuciones decisivas al Socialismo en Cuba. También el documento, que ha alentado el debate desde la izquierda y quitado la iniciativa ideológica al enemigo

Ivan Alain Pérez Para Kaos en la Red
www.kaosenlared.net/noticia/sobre-documento-cuba-necesita-socialismo-participativo-democratico



A poco tiempo de cumplir cincuenta años de lucha sin cuartel por una vida mejor, y en momentos de grandes encrucijadas, nos alienta ver como un grupo de revolucionarios, corriendo sin dudas muchos riesgos e incomprensiones, nos aportan ideas para renovar y perfeccionar la obra. Los llamados de Fidel y Raúl a debatir nuestros problemas han sido contribuciones decisivas al socialismo en esta coyuntura histórica. También lo ha sido ese documento que ha alentado el debate desde la izquierda y ha arrebatado la iniciativa al enemigo en la lucha ideológica, lo ha desarmado.
¿Quién más críticos que los propios revolucionarios? ¿Qué soluciones más revolucionarias que hacer el socialismo? ¿Quién más osado, más audaz que el dispuesto a correr todos los riesgos a cara descubierta por retar al poder
La propuesta es un intento de rescatar el Socialismo, otro más en esa dirección. Se puede, por cierto, discrepar de ella parcial o totalmente, se puede discrepar incluso de tal o cual calificativo. Sin dudas puede, debe y tiene que mejorarse con la participación de todos, pero nadie realmente revolucionario y rebelde, objetivo, noble, medianamente culto, puede intentar descalificarlas con argumentos como algunos han intentado usar. Pierden el tiempo.
Los que están detrás de ella son revolucionarios, no reformistas de ningún tipo, no hay una coma en el documento que no defienda el socialismo, la clase obrera, la independencia y soberanía de la patria. No hay una palabra que no denuncie, condene, la propiedad privada explotadora, la alineación, el multipartidismo o la falsa democracia representativa.
Es evidente que la propuesta pretende ser una valoración de la coyuntura actual, no histórica. Es un intento de búsqueda revolucionaria, puede ser ésta u otra la alternativa dentro del campo revolucionario, pero lo que no podemos es continuar donde estamos, porque perderemos la revolución.
Que es un intento de experimentar algo nuevo, inédito, en condiciones difíciles. Sí, lo es. Que hay riesgos. Si los hay. Pero no más de los que se han corrido en 50 años de revolución. Nada dice que hay que hacerlo mañana y corriendo. Y sus postulados no son más ingenuos, ilusos, o peregrinos que los que se han enarbolados en toda la historia de nuestra patria, de Céspedes a la fecha. ¿O ya se nos olvidó la historia? ¿Habrá que recordar el 10 de Octubre de 1868, Playitas, la Invasión a Occidente, el Soviet de Mabay, el Morrilo, el Asalto al Moncada, el Asalto a Palacio, el naufragio del Granma, Cinco Palmas o las Crisis de Octubre para imaginar “ingenuidades”?
Sí hay cosas complicadas que deben ser mejor explicadas, o que yan sido explicadas y que tal vez no hayamos visto comprendido nunca. En especial la idea de la autogestión y como en las condiciones cubanas tenemos que mantener cierto nivel de centralización, pues el enemigo acecha. Pero es verdad, ¿Cómo entender que no nos hayamos dado cuenta del disparate tan grande de querer hacer el socialismo con la forma de organización del trabajo característica del capitalismo, el trabajo asalariado?
Para el que esto escribe no hay dudas de la necesidad de tener un estado fuerte, pero fuerte no en la acepción burguesa, sino en que se ocupe de lo que debe y sea controlado por el pueblo. Fuerte no quiere decir que ocupe en la burocracia el 60 % de la fuerza laboral del país, esto no es un estado fuerte, es un gigante con pies de barro.
En mi opinión, el documento es pobre en cuanto propuestas concretas para mejorar la democracia socialista. Podrían precisarse otras medidas como la necesidad de perfeccionar el estado de derecho, garantizando la pluralidad de opiniones socialistas y estableciendo fecha limite para ejercer un cargo estatal. También debe evitarse que gente que no haga vida real en un territorio lo represente, así como elegir a los presidentes del poder popular municipal por voto de todo el municipio entre varios candidatos, propuestos no por una comisión designada, sino por mayoría de todos los delegados de circunscripción.
En las nuevas concepciones, hay que impedir que la envidia sea enmascarada como justicia social, excepto los limitados por la naturaleza o accidentes, los demás deben vivir de acuerdo a sus entradas por trabajo. Por ultimo me parece bien que los trabajadores tengan mas poder de decisión en sus centros de trabajo y que impidan la proliferación de los miles de “lindoros y lindoras incapaces” que pululan.
Hay un tema en pleno debate en Cuba. ¿Que es socialismo? Y como dicen que nadie sabe, tenemos que llegar a esa definición entre todos. Después de la experiencias vividas, después de tanta sangre, sudor y lágrimas, después de las tremendas derrotas sufridas por el movimiento revolucionario, no importa cuan nobles ideales defendieran, esa definición es inaplazable.
No, no hay temas tabú, ni hay temas exclusivos para ciertas elites, ni hay cheque en blanco. Los problemas de la economía afectan a todos. Solo debemos discutir con el respeto y las reglas de la fraternidad revolucionaria. Cada movimiento revolucionario, cada país, cada dirigente tiene el derecho a llamar a su proyecto de cambio como quiera, pero el socialismo ya no puede aguantar mas reducciones, deformaciones ni difamaciones.
No podemos seguir permitiendo la proliferación de magos, encantadores y Mesías cuyo conocimiento del socialismo no rebasa el de viejas experiencias y manuales así como muy modernos-antiguos deseos de poder incontrolable y eterno.
Es absolutamente desmoralizante y desmovilizador continuar usando el nombre de socialismo para bautizar un sistema que no merece ese calificativo. La tragedia de identificar estatización con socialización la hemos pagado caro. Al menos seamos capaces de llamar las cosas por su nombre.
En todo caso quienes tienen un criterio propio sobre lo que es socialismo, distinto al que se plantea en el documento, que asuman la responsabilidad de fundamentar su proyecto y no usar como capa y excusa otro o uno ya demostradamente inservible.
La destrucción de la revolución, especialmente si es por nuestras insuficiencias, haría desaparecer la nación y la poca fe que queda en el mundo por el Socialismo. No hay mayor error hoy que defraudar al pueblo.
Por otra parte, ¿Alguien puede decir que no es este el mejor momento para discutir?
¿Cuándo ha coincidido que los norteamericanos estén maniatados por dos guerras en el Medio Oriente, tengan una grave crisis económica, y América Latina presente mejor correlación de fuerzas a favor de Cuba que ahora? ¿Que significado tiene que China y Rusia, se fortalezcan?
¿Quien puede creer que estas condiciones, en pleno proceso electoral y en un escenario totalmente nuevo en EE.UU. el momento de mortal peligro para Cuba sea ahora mayor que en otro momento?
Seria interesante que los que dicen que este es no es el mejor momento para hacer cambios, expusieran las condiciones ideales que suponen ellos para poder avanzarse, mejores que éstas y si alguna vez han existido o existirán.
¿Acaso piensan esperar al levantamiento del bloqueo para empezar a hacer el socialismo en Cuba? Con el país en crisis de todo tipo y con los yanquis dando y ofreciendo todo tipo de ayuda ¿alguien le va a hacer caso al “socialismo” y a los dirigentes que ha sumido el país en el caos?
¿No es mejor discutir en presencia de nuestros líderes que cuando ya no puedan articular un pensamiento serio o peor, cuando ya no estén?
Como algunos han dicho, efectivamente, el enemigo se aprovecha de todo. Especialmente de nuestra incapacidad para corregir errores ya identificados, y mucho más de nuestros silencios sobre insuficiencias conocidas por todos.
Al dejar claro que lo más sagrado son las aspiraciones de todo el pueblo, los autores de la propuesta, han dado muestra de su extirpe revolucionaria, sean comprendidas, acertadas o criticables algunas de sus ideas.
Por cierto, los que creen que basta con tener el “poder”, desconocen que se pueden tener el gobierno y las armas, pero haber perdido los corazones y las mentes del pueblo. Sería bueno recordar ahora aquella vieja consigna: El poder del pueblo, ese sí es poder.
(*) Informático

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