domingo, 20 de septiembre de 2009

Cuba.- Consulta vs. método de “barrer para adentro”.


¿Consulta o táctica dilatoria? ¿Auto-revisión crítica frente a justificación desinculpadora? ¿Desconcierto?

por Miguel Arencibia Para Kaos en la Red



“El método ya no puede separarse de su objeto.”
(W. Heisenberg)


Una anécdota real para ilustrar sobre el término:
Fines de noviembre de 2006, el teatro, sede de la reunión municipal del Partido, desbordado por los más de 500 militantes de diversos centros, reverbera por el insoportable calor. En la presidencia, representantes del comité municipal y del nivel superior. La reunión se va desarrollando con la habitualidad de su tipo, hasta que alguien del provincial pone como ejemplo negativo que en un núcleo de otro municipio los militantes “se metieron en camisa de o­nce varas”, analizando situaciones generales del país. ¡Vaya, que se pusieron a buscarle la quinta pata al gato!, dice con una sonrisa medio retorcida cual lleva a pensar que a los analizadores en cuestión “les partieron las patas”, no al gato.
El Primer Secretario municipal, muy concordante con el orador del provincial, aduce que no hay que “estar mirando para otros lados, sino únicamente revisarse interiormente cada organismo de base, cada centro, cada uno. Algo así, expresa, como “barrer para adentro”.
Un joven ingeniero, secretario de un importante comité de dirección y, por demás, miembro municipal del Partido, desde el público pide la palabra para ripostar airadamente que si bien es cierto hay que analizar lo que a cada uno toca en el radio de acción, no puede perderse de vista que también somos ciudadanos y, como tal, muchísimas de las cuestiones a nivel de sociedad nos afectan de una forma u otra, y ejemplifica que hace tres meses no logra emerger de la tramitación burocrática en una problemática de vivienda, y que eso no se resuelve con el método a que nos compulsan.
El murmullo de aprobación que sigue a sus palabras crece como una bola de nieve, recorriendo todo el perímetro teatral.
Un ex-coronel, en la cincuentena y ahora laborando en una entidad civil, se refiere a una extensa carta contentiva de propuestas, que él enviara al más alto nivel del país, y sobre la que -pese al año transcurrido- no ha tenido al menos acuse de recibo. Vuelve el murmullo a rondar por asientos y hasta pasillos.
Otro asistente toma la palabra. Esta vez se trata de alguien que ha entrado en la tercera edad, de reconocido de prestigio. Se refiere a cuestiones de macroeconomía y decisiones –según su opinión- no adoptadas o mal tomadas que vienen gravitando perjudicialmente sobre los cubanos, desde hace largo tiempo. Habla de Viet Nam, donde cumplió reciente misión.
Lo dicho por él parecería que se fragmenta en infinidades de comentarios en todo el lunetario y el balcony.La presidencia pide silencio una, dos, tres veces; evidentemente no se concuerda con lo antes señalado por ella.
¡¿Caramba, pero es que aquí también se le está buscando esa quinta pata al gato?!
Cuesta trabajo callar a la gente. La voz del Primer Secretario intenta elevarse por encima de las demás y, gracias a un micrófono que funciona, lo logra para decir mientras se levanta de su asiento que no hay más asuntos que discutir del Orden del Día y que da por concluida la reunión.
Queda perplejo el público, que comienza a desgranarse lleno de insatisfacción fuera del local. Termina así la actividad, medio “como la fiesta del Guatao”, en esta tarde calurosa de noviembre que, de repente, se ha caldeado aún más.
Esta es una de esas tantas reuniones en que se evidenciaba las muchas inquietudes y hasta frustraciones que, insertas en el consciente acallado de la sociedad, ya salían al exterior de los militantes, sus organizaciones de base, así como de los oficialmente denominados ciudadanos “sin categoría política”.
La exhortación de Raúl Castro, en el tercer trimestre del 2007, para la realización de reuniones de análisis (hablar y con toda valentía) se vio por el pueblo como el “maná caído del cielo”. Y pese a conocidos intentos de otras personalidades e instancias de mediatizar y hasta detener las críticas, además de éstas surgieron millonarias propuestas y sugerencias.
Lástima que, al respecto, la parquedad mediática haya estado lindando con el mutismo, así como que el estado de posterior atención de tales proposiciones siga sumamente por debajo de las expectativas populares. No obstante, siempre se mantuvo las esperanzas puestas en el tratamiento que (para/en) el pospuesto VI Congreso se haría de ello.
Sin embargo, a fines de julio, el VII Pleno del Comité Central decide prorrogar sin determinación de fecha el desdibujado VI Congreso y, entre otras acciones previas al mismo, efectuar una (¿otra?) consulta.
Acerca de ello inquirí en artículo anterior (*): “¿Cómo se conjugaría la anunciada nueva consulta a los militantes y al pueblo con la que únicamente un año y medio atrás tuviera por sedes miles de centros laborales, instituciones educacionales y cuadras, y de la que emergieron más de un millón quinientos mil señalamientos y propuestas, de los que aún no se ha dado detalles ni apreciaciones?”
Hoy, nos llega la respuesta.
Han sido orientadas reuniones para las cuales metodológicamente se instruye hacer una valoración de los dos últimos discursos del compañero Raúl, mediante la que se evidencie el nivel de aprobación de su contenido; y, a partir de diez temas que se relacionan y están enumerados consecutivamente, habrá que “propiciar el debate, enfrentamiento y solución de los problemas presentes en el radio de acción.”
Lo que llama sobremanera la atención es que –quizás por inadecuada redacción de la metodología “bajada” centralmente - entre los temas a poner bajo el microscopio, con el prisma de solucionarlos en los centros de trabajo, estudio o las comunidades, parece que la mitad de ellos se autoexcluyen de tan reduccionista visión. Son ellos: la preparación y realización del VI Congreso del Partido;la institucionalización del país y la Contraloría General de la República; Política Exterior; Relaciones con EE.UU.; 50 de Revolución, los retos futuros y las nuevas generaciones.
Es de enfatizar que se autoexcluyen más aún de lo orientado cuando en la metodología se inserta una especificación que (en frase cubana) “no tiene vuelta de hoja”: ESTE PROCESO NO TIENE COMO FIN ELEVAR PLANTEAMIENTOS CON VISTAS A QUE SE BUSQUEN LAS SOLUCIONES A OTROS NIVELES. (cita fiel).
En todo caso, los cinco temas señalados solo serían para precisar el criterio de los debatientes, teniendo los dos discursos enunciados como una especie de acostumbrado guión, por el que se “trilla el camino” o manufactura el consenso, que no es lo mismo pero es igual.
Y en relación con los otros cinco aspectos (Planificación, gastos, ingresos e inversiones; producción y distribución de alimentos; productividad, ahorro, sustitución de importaciones y recursos exportables; empleo, trabajo y necesidad de trabajo; Educación y Salud) dentro del pueblo se comenta que la “consulta” no es para consultarnos sino para decir que nos revisemos sin tirar para arriba. Y que de ellos se trató amplísimamente por el pueblo hace solo un año y diez meses.
Se patentiza que consulta sí fue aquella de finales de 2007, de la que no se tiene precisiones por vía mediática ni de nuestros dirigente, y sobre las cuales hay mantenida y tensionada expectación; tal y como se ansía contar con el programa para atender lo que de ella emergiera y que debería conectar las decisiones y acciones entre todos, en bucle retroactivo desde abajo hacia arriba y viceversa.
Continúa diciendo Liborio (**) que lo de ahora es una táctica dilatoria por la reiterada posposición del VI Congreso. Operación que pasa por la auto-revisión crítica de los “taínos” y la justificación desinculpadora de los “caciques” que se encuentran hoy en lo profundo de un gran desconcierto y no saben por dónde y cómo empezar los reales cambios “de estructuras y de conceptos”.
En fin, que la denominada consulta es la aplicación -como dijera el primer secretario de nuestra anécdota- del método de “barrer para adentro”, que, además, si no fuera para meter los problemas “debajo de la alfombra” sino para que los resolvamos los “de abajo”, entonces resulta muy poco aplicable en un país con tamaña concentración del poder; sin siquiera un mínimo de autogestión social. En el que al nivel de los centros de trabajo, estudio o comunidades muy pocas cosas se puede resolver, debido a la falta de recursos existentes o asignados o a las impuestas restricciones para disponer de ellos, y por lo cual la casi unanimidad de las soluciones de los problemas pasa por una indispensable y suficiente determinación e intervención de los otros niveles. Incluido el nacional, cima adonde parece no llegar inteligiblemente la voz del ciudadano que más los sufre.
Tiene sentido aquí lo escrito por el Dr. Humberto Miranda Alonso en su trabajo Para ir más allá del capital. Autogestión de la vida cuando propuso: “A referéndum habría que llevar las decisiones sobre el programa social en general, las estrategias que afectan a todo el entramado social de corto, mediano y largo alcance.” Y eso se espera hace largo tiempo. Para que, como en un árbol fundacional, unidos y accionando juntos tronco, raíces y ramas -raíces dando la savia, tronco conduciéndola y ramas floreciendo- se logre el estallido primaveral de presente para el presente y también futuro, de una sociedad que es posible (y debemos) hacerla mejor.
Por ello preguntémonos:
¿A estas alturas del tiempo, habrá que “barrer” sólo para “adentro”?


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Socialismo Participativo y Democrático por la vida.
Ciudad de la Habana, 15 de septiembre de 2009
http://ar.mc396.mail.yahoo.com/mc/compose?to=mike.aren@gmail.com
(*) Cuba.- Breve crónica de un extendido aplazamiento (Kaosenlared)
(**) Popular personaje de caricatura que simboliza al pueblo cubano

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¿Resolver los problemas particulares, sin resolver los generales?

Por Pedro Campos


¿No se dan cuenta los que instrumentan este proceso, que pueden estar saboteando el debate del modelo socialista solicitado por el Presidente, afectar su credibilidad, la del Partido y sus métodos?

Los núcleos del Partido Comunista de Cuba y las organizaciones políticas y de masas recibieron la orientación de empezar a discutir los últimos discursos del Presidente Raúl Castro, donde expresó que el pueblo decidirá el modelo de socialismo a seguir.

En forma contraria, las indicaciones que traen a las bases los “instructores” -elegidos por nadie- señalan que las intervenciones deberán girar en torno a cómo resolver los problemas en cada uno de los centros de producción o servicios y en las comunidades, en el ámbito específico, “barrer para dentro”. “Discutamos cómo resolver los problemas que tenemos en nuestro radio de acción, dígase centro de trabajo o barrio; este debate no es para discutir lo que no depende de cada lugar”, es la orientación.

Para esta discusión se retoma el viejo y desgastado método voluntarista de enfrentar los problemas como si estuvieran encerrados en compartimentos estancos, sin relación alguna entre ellos y con su entorno, como si no existiera una interrelación entre todos los problemas de la sociedad y unas soluciones no dependieran de las otras, fórmula que conduce inevitablemente a culpar de los problemas a los de abajo, a los trabajadores, a la “indisciplina y la falta de exigencia” y a enfrentar a unos trabajadores con otros, cuando lo que debe buscarse es el consenso y la cooperación entre todos.

Sobre este “proceso de discusiones” otras muchas cosas habría que aclarar y debatir, desde la forma y el momento de su convocatoria, la definición de sus objetivos, la ausencia de información en la prensa sobre el mismo, la falta de un mecanismo de divulgación y circulación horizontal de los planteamientos, la inexistencia de información sobre otras alternativas de solución y otros que son los que conformarían un verdadero debate; pero veamos un aspecto de primera magnitud:

Lenin dijo alguna vez, que sin resolver los problemas generales no es posible resolver los particulares. ¿Cómo resolver los problemas en un lugar específico, cuya solución depende de políticas prediseñadas por la filosofía general del modelo político económico y social del país de matriz neo estalinista que ya demostró su fracaso allá y acá?

Y todo marxista sabe también que en el centro de todos los problemas de una sociedad, están las relaciones de producción, la forma en que se organiza el trabajo, las relaciones de propiedad, intercambio, distribución y consumo: la base económica, sobre la cual se levantan la superestructura, las instituciones y las formas de pensar y actuar de los individuos. Lo lógico sería que una vez enfrentados los problemas generales del sistema que afectan a todos los colectivos laborales y sociales, se fuera entonces a concretar en cada uno de ellos, ya con facultades para tomar decisiones in situ, las nuevas maneras colectivas de hacer las cosas.

Cuando han aparecido algunas soluciones que parecen permanentes, como el de la leche para los niños en algunos municipios, se ha debido, precisamente, a que se han roto los esquemas generales del sistema burocrático centralizado.

¿Qué tiene que ver con la filosofía de un partido comunista analizar las partes en forma aislada del conjunto; valorar los problemas locales sin relacionarlos con el sistema socio-económico general?

¿No se dan cuenta los que están instrumentando “este proceso micro localizado”, que pueden estar saboteando el debate general sobre el modelo económico solicitado por el Presidente Raúl Castro? ¿Que pueden también afectar la credibilidad del 2do Secretario, la del propio Partido y del método de la consulta popular?

¿Cómo pedir a una cooperativa, a un campesino a una granja, que ha producido cientos de quintales de frutos, viandas y hortalizas que garanticen alimentos para el pueblo, si un aparato burocrático del estado, alejado de la producción y las necesidades de los consumidores, es el único encargado de “organizar” el acopio, transporte y distribución de esos productos?

¿Cómo resolverían los habitantes de un edificio de viviendas, la reparación capital del mismo, si el único mecanismo que lo posibilita es el presupuesto municipal que nunca se decide en el territorio?

¿Cómo pedir al colectivo de profesores de una Secundaria Básica que organice el mantenimiento de su centro de estudios, si ellos no disponen de ningún recurso para hacerlo, pues los mismos son centralizados por el Ministerio de Educación o el gobierno?

¿Cómo pedir a un colectivo de trabajadores que sustituya a un director que está obstaculizando el buen funcionamiento de un centro cualquiera, si tal decisión es prerrogativa única del organismo superior?

¿Cómo pedir a los trabajadores de una tienda cualquiera de productos industriales de amplia demanda, que no les falte el detergente, jabón o aceite comestible, cuando todos saben que eso depende del único suministrador estatal que la abastece?

¿Cómo pedir a los obreros de una fábrica de zapatos que aumenten la producción, cuando el suministro de materias primas está centralizado y para nada depende del colectivo laboral?

¿Cómo pedir a los agro-mercados, que oferten productos frescos, variados y a bajos precios, cuando el aparato centralizado de acopio, transporte y distribución deja que se echen a perder cientos, miles de toneladas de productos agrícolas a la entrada de los puntos concentradores, que van a para finalmente a “pienso líquido” para cerdos?

¿Cómo pedir a los trabajadores que tengan “sentido de pertenencia”, cumplan los planes disciplinadamente, se sacrifiquen y utilicen adecuadamente los recursos del estado, cuando es el estado el dueño real de los medios de producción, el que decide burocráticamente en cada centro de producción o servicios quién dirige, qué se hace y cómo se hace, a quién se compra la materia prima y a quien se vende el producto terminado, a qué precio se compra y a cuál se vende, y cuáles son los salarios que deben devengar los obreros, sean manuales o intelectuales, corten caña, limpien calles u operen cerebros?

Cuba tiene un gran problema, un problema principal del que dependen todos los demás, su actual modelo económico-político y social, sustentado en la propiedad del estado y el trabajo asalariado, burocratizado, centralizado y dirigista, heredado del neo-estalinismo, -en verdad un capitalismo monopolista de estado arropado de socialismo- que estancó el avance del proceso de socialización de la propiedad y las decisiones que le debió seguir.

Eso que debió ser un “momentum” del tránsito socialista, se convirtió en “modelo permanente” que tenemos que acabar de discutir, cuestionar y cambiar sin más demora y avanzar en la socialización hacia un sistema comunal-democrático descentralizado, de trabajadores libres asociados, apoyado fundamentalmente en las nuevas relaciones socialistas de producción de tipo asociado-cooperativistas, donde sean los colectivos sociales y laborales los que tomen todas las decisiones que les afecten y en el que las personas, libremente, puedan decidir sobre sus destinos pues serían dueños concretos de medios de producción en forma colectiva o individual.

Una vez resuelto ese problema general: los campesinos no tendrían que depender de ningún aparato central-burocrático para hacer llegar alimentos al pueblo; los habitantes de un edificio y el colectivo de profesores de la Secundaria podrían acometer con recursos propios el mantenimiento y reparación de sus inmuebles; los directores que se constituyan en obstáculos al trabajo del colectivo serían revocados de inmediato; los empleados de una tienda podrían abastecerse de los mejores proveedores sin intermediarios estatales burocráticos; los obreros de la fábrica de zapatos contratarían las materias primas que necesiten directamente; entonces los trabajadores sí se “sentirían” –porque lo serían de verdad- dueños de los medios de producción, actuarían auto-disciplinadamente y no desviarían recursos, los agro-mercados tendrían siempre productos frescos, variados y baratos y no existiría ningún aparato burocrático que vertiera el fruto del sudor de los agricultores, destinado a alimentar al pueblo, en los comederos del los puercos.

Socialismo por la vida

La Habana, 12 de septiembre de 2009
perucho1949@yahoo.es

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domingo, 13 de septiembre de 2009

Socialismo no es Estatismo


“El socialismo ha fracasado en todas partes”, se afirma hoy con frecuencia entendiendo como tal el modelo centralizado de los regímenes del llamado “socialismo real”.



Esta atribución semántica provoca que cuando se habla de “democracia económica” o de “control de los medios de producción por los trabajadores”,no se piense en otra cosa que en el Estado como patrón y amo absoluto de todas las riquezas, una confusión que ya desde el origen de este modelo llevó a algunos intelectuales a decir que los partidos socialistas carecen de un programa de emancipación del proletariado, como el escritor español Ramiro de Maetzu:“El Estado no es el obrero, sino el burócrata. La verdadera emancipación de los obreros sólo puede consistir en la toma de posesión de los instrumentos de trabajo por los obreros mismos, como piden los sindicalistas, no por los burócratas”[1].

Pero es el caso que los primeros teóricos socialistas, incluyendo al propio Marx, no sólo no concebían a los gobiernos como intermediarios de ese control, sino que incluso vaticinaban la disolución del propio Estado puesto que, como instrumento de represión clasista, estaría llamado a perder sentido al desaparecer las clases. Estatismo no es socialismo, sino una centralización que niega la sociedad civil, modelo irreconciliable con la concepción originaria del socialismo, el cual sería más bien socialización, es decir, libre participación de todos los sectores sociales en las actividades económicas sin intermediarios burocráticos.

El filósofo alemán J.G. Fichte alertaba contra este error de confundir la sociedad en sí “con esta especie particular de sociedad que se denomina Estado”, y señalaba que mientras la sociedad es un fin, el Estado es una organización superpuesta a la nación, llamada a aniquilarse: “El Estado es comparable a una vela que se consume a sí misma al dar luz, y que se apaga cuando llega el día”[2], una idea que quizás fuese el germen de la posterior concepción marxista de la extinción gradual del Estado en la sociedad socialista.

Cuando en Cuba se llevó a cabo la primera Reforma Agraria y se comenzaron a intervenir los latifundios, el nuevo liderato hablaba de entregar las tierras a los campesinos: “La tierra debe ser de quien la trabaja”. La Ley de Reforma Agraria proscribía el latifundio en su artículo 1 y establecía en sus Disposiciones Finales “la adecuada redistribución de tierras entre gran número de pequeños propietarios y agricultores”. Y cuando se intervinieron industrias, comercios y bancos, se dijo que se hacía en nombre de los trabajadores para que fueran “dueños de los medios de producción”.

De acuerdo a la concepción originaria marxista-leninista, la misión de una vanguardia de guiar el proceso de transición al socialismo, era sólo temporal. Dada la indefensión del proletariado, se requería la destrucción revolucionaria del Estado burgués que lo reprimía y su sustitución por otro que representara sus intereses, un instrumento de fuerza que le permitiera el cumplimiento de su misión, esto es, expropiar a la burguesía para luego hacer propietarios a los trabajadores. El Estado revolucionario, que en una primera etapa sustituía al Estado “burgués”, en una segunda estaba destinado, a su vez, a extinguirse en la medida en que el pueblo mismo adquiriese los instrumentos institucionales.

El Estado revolucionario, por tanto, se concebía como un medio para el traspaso de las riquezas de una clase social a otra, un instrumento para realizar esta transición en dos etapas:
1)Desprivatización: Expropiación de la burguesía, confiscación por parte del Estado revolucionario de tierras, industrias, bancos, comercios y otros medios de producción.
2)Socialización: Conversión del trabajador de proletario en propietario, delegando poco a poco todos estos bienes de producción en los colectivos laborales para el control directo de ellos en función de toda la sociedad.

Nadie puede negar seriamente – ni tiros ni troyanos - que el primer paso de esta transición se realizó hasta sus últimas consecuencias, porque todos los capitalistas y terratenientes fueron expropiados. La absorción de toda la sociedad por el Estado se llevó a cabo confiscando grandes unidades económicas en los primeros años del proceso revolucionario como latifundios (Reforma Agraria del 17 de abril de 1959), bancos, fábricas, edificios de apartamentos (Ley de Reforma Urbana en 1960) comercios (Ley 1076 en diciembre de 1962).

Pero lo que sí puede ser cuestionado es que la segunda fase llegara a realizarse. La “distribución de tierras” casi se limitó al reparto de títulos de propiedad de pequeñas parcelas ya ocupadas por aparceros, precaristas y arrendatarios, mientras que las inmensas extensiones de los latifundios fueron destinadas a la creación de granjas estatales. Y los directores y administradores de todas las empresas eran designados por nombramientos desde las altas instancias, con un sistema presupuestario nacional y una planificación económica donde, supuestamente, no escapaba a la dirección central ningún movimiento en la esfera económica del país.

En Cuba sólo se permitiría, por el compromiso inicial de que la tierra debía ser para quienes la trabajaran, la existencia legal de pequeños propietarios agrícolas cuyas tierras no excedieran el límite de 67,1 hectáreas (5 caballerías). Pero aun cuando no fueron confiscados, sufrieron una política de condicionamientos y excesivas regulaciones que frenaba su libre desenvolvimiento económico. Se ejercía, asimismo, el control crediticio a través de las llamadas Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS). También se instrumentó una forma de control político: la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). La integración en estas instituciones, así como en las posteriores variantes de cooperativas controladas por el Estado, Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), se incentivaba mediante diversos beneficios, como el uso colectivo de instalaciones y servicios, el trámite global de créditos, mejores viviendas y acceso más fácil a los servicios de educación, salud pública y seguridad social. Pero implicaban numerosos condicionamientos.

No obstante, todavía hasta principios de 1968 muchos intelectuales y funcionarios dentro del proceso albergaban la esperanza de que finalmente la dirigencia en el poder definiera el curso del proceso por un cause genuinamente revolucionario y soberano. Pero en ese año, en una segunda etapa de confiscaciones, la llamada “ofensiva revolucionaria”, se confiscaron no ya a capitalistas y terratenientes sino a trabajadores independientes y cooperativas familiares: carnicerías, barberías, bares, tiendas de comestibles, lavanderías, e incluso hasta a los vendedores de las calles, los llamados “chinchales”, vendedores de fritas, heladeros, verduleros, etc, que hasta entonces no eran asalariados, sino dueños de sus propios medios laborales, pero que serían convertidos, a partir de ese instante, en empleados del Estado. Como consecuencia, las calles quedaron desabastecidas. Antes un caminante podía en cualquier cafetería, bar o bodega, ingerir fritas, croquetas, refrescos y a veces hasta batidos y helados. Después de la medida los estantes estaban completamente vacíos mientras el empleado dormitaba con sus codos sobre el mostrador.

El marxismo no proclamaba como meta la supresión de toda forma de propiedad privada, sino del Capital, interpretado como una relación social expresada en el salario, precio de la mercancía-fuerza de trabajo. Puesto que el objetivo del marxismo era convertir a los trabajadores en dueños de los medios de producción, lo que se estaba hacíendo en la práctica era marchar en sentido inverso a la ideología en nombre de la cual se estaban dando estos pasos. Aunque esta medida se dicta a nueve años del ascenso revolucionario al poder, esta orientación se revelaba ya desde el principio cuando una de las confiscaciones iniciales fue la del Hotel Havana Hilton, por entonces propiedad del sindicato de los gastronómicos.

Así, el curso tomado por estos procesos no ha sido el indicado por Marx, sino más bien el que señaló Hegel. Si para aquél el Estado era un producto circunstancial de la historia destinado a desaparecer con el desarrollo social, para Hegel era más bien el fin mismo de ese desarrollo tal y como lo expresara en Filosofía del Derecho. El Estado, como “encarnación de la divinidad en la Tierra”, estaba destinado a absorber todas las instituciones de la sociedad civil. “La acción del Estado consiste en llevar la Sociedad Civil, la voluntad y la actividad del individuo, a la vida de la sustancia general, destruyendo así, con su libre poder, éstas subordinadas, para conservarlas en la unidad sustancial del Estado”.

Al convertirse los latifundios en granjas estatales bajo la pretensión de identificar estas confiscaciones con socialización, el monopolio de las tierras no desapareció sino que sólo cambió su carácter, de privado a estatal. El propio Carlos Marx advertía en el tomo III de El Capital, que la estatización de las tierras no implicaba necesariamente el fin del latifundio y de la explotación del campesino: “Cuando no son terratenientes privados, sino el propio Estado, como ocurre en Asia, quien los explota directamente como terrateniente además de enfrentarse a ellos como soberano, coinciden la renta y el impuesto o, más bien, no existe impuesto alguno distinto de esta forma de la renta de la tierra. (...) El Estado es aquí el supremo terrateniente, y la soberanía no es más que la concentración de la propiedad agraria en escala nacional”. En este pasaje Marx añadía que en tales condiciones la dependencia no era sólo simplemente económica como en el latifundio privado, sino “relación de dependencia económica y política”.
Significativo sería el uso del concepto de “propiedad estatal” en vez de propiedad social en la terminología oficial como forma esencial en la sociedad socialista. Según los cursos académicos oficiales, de los dos tipos de propiedad social, la cooperativa y la estatal, esta última se consideraba una forma superior. La contradicción saltaba a la vista: ¿Cómo pretender que la propiedad social ideal fuera la estatal cuando los mismos clásicos marxistas habían previsto la abolición del propio Estado como fase desarrollada del socialismo? Para esto no había respuesta, al menos convincente.

Generalmente se piensa que el modelo actualmente vigente y el propuesto por la oposición tradicional son dos opciones diametralmente opuestas, porque para cada uno el proyecto contrario no es más que una transición a la inversa: en uno, una supuesta colectivización absoluta bajo dirección unipartidista; en el otro, la privatización en los marcos pluripartidistas. Pero las dos posiciones descansan sobre una base común. Ninguno altera lo esencial: el control monopólico de la propiedad y de las opciones políticas, la ausencia de los trabajadores en la gestión de los procesos productivos y en la determinación real de los procesos electorales.

Un latifundio no deja de serlo porque se estatice o se privatice. El monopolio queda siempre intacto. No importa si el control monopólico se ejerce a través del Estado o de grandes consorcios. Sólo cambia su forma de control y apropiación. No se trata, por tanto, de privatizar o estatizar el control monopólico de las riquezas, sino de poner fin a ese monopolio en todas sus formas. La real alternativa de ese monopolismo bicéfalo sería su contrapartida, la participación económica de la ciudadanía, el socialismo democrático y participativo.

[1] Ramiro de Maetzu: El Ideal Sindicalista, 1913. Artículos publicados en El Heraldo de Madrid.


[2] J.G. Fichte: El Destino del Sabio, vol. VI.

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jueves, 3 de septiembre de 2009

Las chapucerías tienen una causa política


Los que le interpretaron a Marx no comprendieron esta frase suya que hizo en la “Crítica al programa de Gotha”: “…cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital”.


Chapucerías, un artículo de Félix López[i]


En la era revolucionaria cubana, fue el propio Comandante Fidel Castro, quien se encargó de advertirnos de un lastre que debíamos sacudirnos. Así lo muestra este fragmento de un discurso que pronunció en el temprano 1963: "(? ) Es mucho más político, mucho más socialista, mucho más revolucionario, que esa empresa, en aquel lugar, funcione bien y atienda al público. Y no ocurra, como en algunos casos, que cuando quitaron al dueño y pusieron administrador allí, pusieron un perfecto vago que no atiende a nadie; el otro era un capitalista que defendía sus intereses, y este es un vago que no está dispuesto a defender los intereses de nadie; y como tiene un sueldo asegurado, no se preocupa por atender al público. Que nadie se crea que eso es revolución, que nadie se crea que eso es socialismo. Eso es confundir la chapucería con el socialismo".


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Este comentario de Félix López sobre las chapucerías cubanas, del que entresaco esta frase, evidencia que algo muy grave tiene lugar en Cuba.

O Marx se equivocó cuando en sus manuscritos económicos y filosóficos define el trabajo enajenado, o los que le interpretaron no comprendieron el fondo de esta frase suya que hizo en la “Crítica al programa de Gotha”: “…cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital”.

Para que el trabajo deje de ser trabajo enajenado, una venta de la fuerza de trabajo de los trabajadores a capitalistas o al socialismo burocrático y convertirse en la primera necesidad del ser humano creativo, liberado de toda enajenación, es necesario que exista socialismo integrador y participativo de todos los trabajadores, ya organizados como clase dominante.
Cuando por mandato del tribuno salvador se imponen los administradores, sin control desde abajo, en vez de los trabajadores organizados como clase dominante, controlando el poder político y productivo al mismo tiempo, de forma permanente, de abajo arriba, desde el único lugar donde siempre está organizado, desde los centros de producción hasta la cúspide gubernativa. Es decir ejerciendo la democracia directa sin delegar su responsabilidad política en la llamada clase política, en el ¡PARTIDO!, entonces se establecen las condiciones objetivas para que los trabajadores dejen de ser chapuceros, ser el nuevo ser socialista solidario y creativo, donde el trabajo estimula y les permite plasmar su capacidad creativa.
Los trabajadores organizados como clase dominante desde los lugares donde laboran, eligen a los compañeros con mayor capacidad y respeto para el mejor funcionamiento productivo y político. Esos mandatarios, siguiendo el ejemplo de la Comuna de París, son elegidos con un mandato del que tienen que dar cuenta en cada momento a los que le eligieron, de esa forma directa, pueden ser controlados y revocados cuando defraudan o incumplen con el mandato recibido.
Sin embargo, cuando se tiene poca confianza en los trabajadores, de hecho se cae en posiciones mentales capitalistas, “los trabajadores no valen para dirigir y controlar solo para obedecer a los grandes tribunos salvadores”, a semejanza de Stalin que en aras del desarrollo productivo cercenó el poder soviético leninista imponiendo los administradores. Los soviets (consejos obreros) perdieron todo su significado como elementos de poder de los trabajadores organizados como clase dominante.
La Unión Soviética solo lo era de nombre, el poder estaba en manos del partido, de los aparatichis que finalmente se hicieron burgueses y retornaron al capitalismo, engañando a aquel pueblo que veía la burocracia y confiaba que en el capitalismo disfrutarían de los privilegios y manjares que el turista extranjero mostraba en sus viajes a la URSS.
Los trabajadores no sentían propias las fábricas y no opusieron ninguna resistencia para que estas se privatizaran. Los bonos de propiedad accionista que se repartieron entre los trabajadores, agudizada por la penuria económica fueron vendidos, cayeron en manos de los organizados aparatichis que se hicieron los grandes dueños capitalistas.
Es muy grave que en Cuba después de 50 años de la revolución, se vean esos problemas que se denuncian, pero no se profundice en las causas que les dan lugar, a que los trabajadores sientan el trabajo como algo ajeno, caigan en el chapuceo, roben tabaco o gasolina que venden en un mercado más o menos negro. Que se limiten a sancionar a los chorizos, o fomentar iniciativas al estilo de los paladares como estímulo personal, que poco tiene que ver con la mentalidad socialista en su caminar comunista.
Siempre los administradores impuestos desde arriba terminan relajándose, haciéndose vagos, como se denuncia, o lo más grave constituyéndose en clase dominante con privilegios que están por encima de los que el pueblo disfruta. El tribuno salvador que los impone desde arriba no dispone del ojo de dios que lo ve todo, cuando llega a ver a los vagos o disfrutadores de privilegios clasistas, ya es demasiado tarde para compensar el daño provocado entre el pueblo que sí los vio durante todo el tiempo.
Como muy bien dijo Fidel Castro el 17 de noviembre de 2005 el peligro de la revolución es interior, corresponde a los cubanos honrados el denunciar las carencias de la revolución para que se recupere el que todos los trabajadores se organicen como clase dominante.

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lunes, 31 de agosto de 2009

La política socialista es el arte de lo imposible

Por Pedro Campos

El Socialismo se logra haciendo la política de lo imposible, buscando esa utopía que burgueses y burócratas -por igual- propagan irrealizable


“El sueño se hace a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes”
Silvio Rodríguez


No pocas veces, se ha visto repetir en los escritos de algunos compañeros la famosa frase: “la política es el arte de lo posible”. Habría que preguntar si todos los que la usan saben que fue Henry Kissinger, uno de los más sagaces estrategas de la imperial política exterior de EE.UU. en el Siglo XX, quien la hizo célebre.

También habría que indagar si quienes la usan saben de su esencia pragmática, proveniente de la filosofía Imperialista surgida en EE.UU. a fines del siglo XIX precisamente en plena expansión. No pretenderé explicar en detalles la filosofía del pragmatismo, pero al menos veamos su esencia: las políticas tienen valor por sus resultados esperados, de manera que no vale la pena iniciar algo que no conduzca a un resultado empírico de interés.

La lógica del pragmatismo reside en la naturaleza misma del capitalismo: todo lo que se hace tiene un fin lucrativo. Lo que no ofrezca una evidente perspectiva especulativa, dinero, dividendo en algún sentido, no vale la pena iniciarlo. El Pragmatismo imperialista tiene como gran limitante su sistema finito con objetivos muy claros: la ganancia. El Capital siempre busca la ganancia “posible” pues no se arriesga para perder.

Para nada tiene que ver semejante filosofía con el marxismo revolucionario. En Marx el objetivo a lograr era el comunismo, la utopía, con todas sus dificultades por medio, y la compleja lucha de la clase obrera por la abolición del trabajo asalariado, que debía ser inscrita en la bandera del proletariado como meta, para aspirar a librarse de la explotación capitalista.

Para Martí la política era: "un arte que lleve a los pueblos afligidos hacia el bien". : “Política es eso, el arte de ir levantando hacia la justicia la humanidad injusta, de conciliar la fiera egoísta con el Ángel generoso, de favorecer y de armonizar para el bien general, y con miras a la virtud los intereses…”

Una de las máximas del Che, absoluta y totalmente contrapuesta a la filosofía pragmática imperialista era: “Seamos realistas, hagamos lo imposible”

Y Marx nos enseño: “No se trata de conocer el mundo sino de transformarlo”.

“Los revolucionarios” que llaman a hacer el socialismo posible, jamás harán alguno, puesto que el socialismo se hace o no se hace: se socializan o no los medios de producción; se socializan o no las decisiones; se socializan o no los resultados del trabajo, el plustrabajo, las utilidades o ganancias, en fin que es avanza o no hacia la abolición del trabajo asalariado y se avanza o no hacia nueva forma de organización asociada del trabajo, base de una nueva sociedad.

Stalin solía afirmar que el estilo leninista en la labor del Partido y el estado, se caracterizaba por “la asociación del ímpetu revolucionario ruso con el sentido práctico norteamericano” (1), y fue precisamente esa concepción pragmática del “Leninismo” lo que en política interior y exterior, lo llevó a cometer graves errores y crímenes como aquellos de fusilar a seis de sus compañeros miembros del Buró Político por “traición” o el que condujo a la URSS a negociar el pacto Ribentrop-Molotov, con todo lo que implicó para Polonia, que muchos historiadores modernos consideran el más desastroso de sus errores en asuntos exteriores, porque, junto a otros factores, permitió a Hitler iniciar la II Guerra Mundial.

Ciertamente Stalin mismo Hbía advertido los riesgos de asumir ese pragmatismo al señalar: “el espíritu práctico norteamericano puede degenerar siempre en un empirismo mezquino y sin principios…”; pero al parecer, él lo olvidaba fácil y continuamente en su actividad “práctica” a la que no importaban cuan mezquinos y sin principios fueran los medios y métodos que usaba para conseguir sus fines.

Según el pragmático Stalin, la firma de ese pacto, le garantizaría a la URSS dividir las fuerzas del imperialismo y evitar que se unieran en un su frente anti-soviético. No comprendió su error hasta ver como el “nacional-socialismo” hitleriano alemán, envalentonado y fortalecido por sus triunfos en el Oeste, ya con la dividida Polonia y media Europa ocupada, en junio de 1941 se lanzaba contra el territorio de la URSS , dando comienzo a la Gran Guerra Patria que costó más de 20 millones de los mejores hijos del pueblo soviético.

En su famoso libro “Cuestiones del Leninismo”, biblia de los comunistas estalinistas, expresa:
“Unos dicen que el leninismo es la aplicación del marxismo a las condiciones peculiares de la situación rusa… (…)… Y sin embargo sabemos que el leninismo es un fenómeno internacional, que radica en todo el desarrollo internacional, y no un fenómeno exclusivamente ruso... (…)…El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria. O más exactamente: el leninismo es la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general, la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular”. (2)

Fue con esta definición, como Stalin “inventó” “su Leninismo” que adosó al Marxismo -sí universal por dialéctico- y luego vendió el “Marxismo Leninismo” por nueva teoría revolucionaria en sus manuales a asumir por todos los revolucionarios so pena de ser excomulgados del comunismo. Fue Stalin quien identificó el quehacer de Lenin con el “espíritu práctico norteamericano”, el pragmatismo filosófico que surgía en el Norte revuelto y brutal… ese del arte de lo posible, quien quiso convertir la experiencia de la revolución rusa con todos sus aciertos y errores y en aquellas particulares condiciones, en dogma teórico para todo el movimiento revolucionario internacional.

La manipulación estalinista de Lenin y sus escritos, queda descubierta con mayor claridad a partir de la obra de Lenin “Sobre la cooperativización” escrita en abril de 1923, un año antes de su muerte, donde planteó: “Ahora bien, el régimen de cooperativistas cultos, cuando existe la propiedad social sobre los medios de producción, y cuando el proletariado ha triunfado como clase sobre la burguesía, es el régimen socialista….Ahora tenemos el derecho de afirmar que para nosotros, el simple desarrollo de la cooperación (cooperativización) se identifica…con el desarrollo del socialismo y al mismo tiempo nos vemos obligados a reconocer que se ha producido un cambio radical en todos nuestros puntos de vista sobre el socialismo.”

Esta “nimiedad” en la obra de Lenin, fue pasada por alto en todo aquel “leninismos” que Stalin propagaba en sus manuales, el cual, en verdad, no era más que un conjunto de esquemas prediseñados, su estalinismo disfrazado, que intentaba imponer a todo el movimiento comunista internacional. Es por toda esa manipulación estalinista, que muchos marxistas rechazan el “Leninismo”.

Es como si los cubanos quisiéramos que las revoluciones posteriores fueran iguales a la nuestra y las que no fueran hechas por una guerrilla de barbudos que tomaran el poder por las armas y no hicieran todo lo que hemos hecho y en la forma en que lo hemos hecho, no serían “verdaderas”.

Por suerte, de los que intentaron el socialismo en el Siglo XX, el proceso revolucionario cubano era el más herético de todos y aunque se proclamó marxista-leninista, por momentos tuvo más de lo primero que de lo segundo. Copiamos el sistema estatista asalariado del neo estalinismo y muchos de sus métodos de hacer política y gobierno, pero también es cierto que a la hora de enfrentar muchos aspectos de la política exterior y de la política interna, en la práctica concreta no siempre se han seguido los dogmas y estereotipos definidos como “leninistas” por el estalinismo. Ya se ha planteado en otras ocasiones.

Quizás, esa herejía presente en la propia historia de la Revolución Cubana desde sus orígenes, sea lo que explique en última instancia que hayamos llegado hasta aquí y que nuestro proceso no se haya ido con la resaca contrarrevolucionaria de fines del siglo pasado a pesar de errores y copias. Acaso sea también la explicación –o parte de ella- del por qué, todavía, muchos revolucionarios cubanos sigamos esperanzados en que será posible retomar el camino de la utopía.

Con el “arte de lo posible”, jamás habríamos tenido Moncada, Granma, insurrección contra Batista, ni 1ro de Enero. Por aquellos tiempos era común oír que la Revolución se hacía con el Ejército o sin el Ejército, pero no contra el Ejército. Los pragmáticos nunca se hubieran enfrentado al ejecito bien armado de Batista y entrenado por EE.UU., cualquier cálculo “pragmático” indicaba que era imposible ganar. Algunos “prácticos” se montaron en el carro de la Revolución cuando ya era claro que la misma iba a dar “dividendos”. No era su culpa, es lo que les enseñaron y aprendieron, hay que tratar de entenderlos.

Los cómputos pragmáticos hacen imposibles las Revoluciones que siempre se hacen contra todas las posibilidades de éxito, puesto que se inician desde la inferioridad en todo sentido. Solo que el análisis revolucionario no es pragmático, no parte del cotejo mercantil costo-beneficio; se basa en otros factores como la confianza en las masas, la capacidad de las fuerzas revolucionarias para provocar el vuelco, pero sobre todo en el convencimiento de la razón y la fuerza infinita de las ideas. Nada de eso se contabiliza en unidades físicas, como los dólares del capital o los cañones de los ejércitos.

Unos partidarios del “socialismo de estado”, utilizan la frase para argüir que “no es posible avanzar a las nuevas relaciones libres asociadas de producción porque no hay condiciones, sin explicarlas” y otros ni “estas” razones brindan, mientras terceros dicen que los “trabajadores no están preparados, no tienen conciencia de clase, son irresponsables, que muchos son ladrones, vagos y acomodados” y no faltan los que indican que, primero, hay que “desarrollar más el país, sin precisar hasta dónde”, es decir, seguir con la explotación asalariada indefinidamente, antes de hacer efectivo el control directo de los medios de producción por los trabajadores.

En verdad todo ese “pragmatismo de lo posible” esconde la oposición de la burocracia a entregar el poder real, el de la economía, a los trabajadores. Era por eso que el estalinismo era enemigo a muerte de la autogestión socialista. Todos saben que con los medios de producción directamente administrados por los colectivos de trabajadores, nadie sustraería nada, ni nadie podría recostarse del otro y la producción y la productividad aumentarían de inmediato, como se puede observar en las empresas recuperadas por los trabajadores argentinos, algo que trata de ignorar la izquierda burocrático-estatista.

No entienden, no pueden entender o no les conviene entender que los trabajadores ya no quieren ser más asalariados explotados, esclavos modernos; quieren participar de la propiedad, de la dirección, la gestión y de parte de las utilidades, quieren ser trabajadores asociados. Sí “socios en el negocio”, para decirlo en cubano callejero, no simples empleados mal pagados.

Lo que más preocupa en verdad a los burócratas pragmáticos, y con toda razón, es que cuando los medios de producción estén en manos de los colectivos de trabajadores, “los kratos” (poder en griego), es decir ellos, los burócratas, sobrarán como “capa” social, desaparecerían, diluyéndose entre los trabajadores asociados y perderían así sus privilegios.

Sí, efectivamente, el Socialismo se logrará haciendo la política de lo imposible, buscando esa utopía que burgueses y burócratas -por igual- propagan irrealizable.

Socialismo por la vida.

La Habana, 13 de agosto de 2009.
perucho1949@yahoo.es

1-J. Stalin. Cuestiones del Leninismo. Ediciones en lenguas extranjeras. Moscú 1946.
2-Idem.

http:/www.kaosenlared.net/rss/kaos_colaboradores_195.xml http://analitica.com/va/internacionales/opinion/8777149.asp.
http://es.geocities.com/amigos_pedroc/index.html
http://autogestion-socialista.blogspot.com/

Atención. Próximamente podrá encontrar nuestros artículos también en SPD, el Blog cubano del Socialismo Participativo y Democrático.

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Continúa la lucha por un Socialismo Participativo y Democrático (SPD)

Breve resumen de lo acontecido y alcanzado. Situación actual y perspectivas. Próximos pasos
Pedro Campos Para Kaos en la Red


Al año de su presentación pública, el documento “Cuba necesita un Socialismo Participativo y Democrático. Propuestas Programáticas” ha cumplidosus objetivos fundamentales:
1-Presentar públicamente una propuesta de socialismo marxista, que garantice la continuidad y el avance de la Revolución ante la complicada situación interna y externa que atraviesa y el reconocimiento por la propia dirección histórica de la posibilidad de su reversión; y
2-Contribuir al intercambio solicitado por los líderes de la Revolución y hacerlo lo más profundo y amplio posible entre todos los cubanos y revolucionarios de todo el mundo, para enriquecerlo y clarificar el camino y los objetivos futuros del proceso.
A pesar de las dificultades objetivas y trabas impuestas para su divulgación, nuestras propuestas llegaron a miles de cubanos vía correo electrónico, memorias, otros soportes digitales y folletos impresos. Hemos sabido de su conocimiento y circulación en la mayoría de las provincias del país. Agradecemos a todos los que han contribuido de alguna manera en este sentido.
La prensa digital de izquierda en español le dio amplio destaque. Kaosenlared.net abrió incluso una sección especial para el debate socialista en Cuba. Algunos medios digitales de la emigración y unos pocos órganos de la gran prensa burguesa lo comentaron. La derecha cubana, también ha hecho alguna referencia al documento para atacarlo, desde luego. Diversos analistas, periodistas y especialistas de la situación cubana desde todas las posiciones han reconocido la existencia en Cuba de un nuevo proyecto socialista no estatalista promovido desde el seno de la Revolución.
La dirección histórica no ha prestado atención pública a las Propuestas Programáticas, ni los órganos de prensa nacionales las han publicado; pero distintas informaciones que nos llegan por diferentes vías indican que el documento es de amplio conocimiento general.
Coincidentemente, los principales órganos nacionales de prensa escrita y algunos programas deradio y televisión están desarrollando una importante labor crítico-propositiva en la misma dirección que las Propuestas, al evidenciar que las causas de nuestros problemas están en el fracaso del estatismo asalariado -sin mencionarlo por su nombre-, y al destacar, como solución exitosa,el sistema cooperativo de trabajo en la producción agrícola.
Si las “15 propuestas concretas para revitalizar elsocialismo en Cuba” presentadas el 2 de septiembre de 2007 constituyeron un aporte estimulante al debate convocado por Raúl entonces, las Propuestas Programáticas ayudaron a mantener la discusión viva desde su publicación hasta el presente y han contribuido junto a otras instituciones oficiales y grupos de intelectuales revolucionarios dispersos en el mundo académico, a que el pensamiento político cubano comenzara a salir del inmovilismo en que se encontraba sumido por la herencia del “socialismo real soviético”, brecha que abrieron el líder de la Revolución, en su discurso el 15 de noviembre de 2005 en la Universidad y los llamados al debate del 2do Secretario del PCC.
Políticamente, hoy nos encontramos en una etapa cuantitativa y cualitativamente superior al 2007 y al momento en que se presentaron las Propuestas Programáticas. Las manifestaciones más evidentes son la propia existencia de una nueva salida socialista a la crisis estructural actual, el llamado del Presidente de la República, Raúl Castro -mal que pese a algunos, el Presidente de todos los cubanos, militares y civiles- a que sea el pueblo el que decida cuál socialismo desea, la realización próxima de una Conferencia del Partido y un nuevo anuncio de celebración del VI Congreso del PCC, luego de amplio debate popular sobre el socialismo.
En el 2005, cuando habló Fidel en la Universidad,era un sueño que algunos teníamos, la posibilidad de someter a discusión popular el socialismo realmente existente en Cuba y una quimera que fuera el pueblo el que decidiera qué tipo de socialismo construir. El sueño, ha comenzado a tomar contornos de realidad. Algunos quisiéramos ir mucho más rápido, pero sabemos que es necesario vencer todavía la fuerte oposición inmovilista a lo interno del Partido y la burocracia.
La historia ha demostrado una vez más, la necesidadde luchar por la utopía revolucionaria, no importan los obstáculos. “Seamos realistas y hagamos lo imposible”, dijo el Che.
Muchos hemos escrito artículos y dado opiniones en estos años, concientes de que podíamos esperar recriminaciones. La dirección histórica que pidió el debate, apostó por escuchar y obtuvo resultados: nunca antes el “socialismo de estado” había sido criticado en público tan profunda y ampliamente desde el seno revolucionario y las posiciones del marxista. Nunca tampoco, había aparecido internamente, en forma tan nítida, una propuesta concreta de un socialismo revolucionario.
Contra las Propuestas y sus autores se ha venido realizando una indecorosa y solapada campaña de descrédito, aislamiento y desarticulación de nuestras posibilidades de divulgación.
Han sido arbitrariamente separados de sus trabajos algunos compañeros, otros sancionados en el Partido, hostigados en distintas formas, se ha tratado de empujarnos a las posiciones enemigas o “contaminarnos” con ellas; se nos ha acusado que querer “imponer” lo que solo hemos querido debatir; han querido presentarnos como mensajeros del capitalismo y detractores de la Revolución a la cual hemos servido incondicionalmente y deseamos ayudar a salvar -enfrentando riesgos-, y hemos sido víctimas de otras provocaciones que preferimos olvidar; pero nada logró, ni logrará desestabilizarnos ni paralizar nuestra faena.
No hemos querido convertir toda esta indecente “operación” contra las Propuestas Programáticas y nuestras personas, en un problema más para la política gubernamental, pero deben cesar estas provocaciones, si sinceramente se desea un debate revolucionario y conocer otros criterios de cómo hacer avanzar el socialismo.
Sin las 15 Propuestas para revitalizar el Socialismo, sin las Propuestas Programáticas, sin los cientos de artículos con análisis críticos publicados, sin las discusiones y comentarios en Kaosenlared, el debate de ideas pedido por Fidel y Raúl ¿habría conseguido alguna horizontalidad? ¿Habría estado fuera de las gavetas de la burocracia? ¿Habría sido verdadero?
La Revolución está pasando una significativa prueba de fuego: este debate público y a “calzón quitado” entre los revolucionarios, con las piezas íntimas expuestas al sol purificador, sin que por ello –hasta hoy- se hayan dividido sus filas, ni los sectarismos y oportunismos hayan podido levantar cabeza, aunque han intentado salir de sus cuevas. Hasta ahora hemos logrado que todos esos “ismos” que resuenan de pasadas historias, se guarden de provocar los desgarramientos de otros procesos y mantengan la cohesión sin perder su diversidad.
La confianza mutua en que procuramos los mismos fines, aunque discrepemos en la manera de conseguirlos, ha sido la clave. Esa idea debe seguir primando en los debates posteriores y garantizar la cohesión estratégica de todas las fuerzas revolucionarias. Las Propuestas contienen apenas unos pocos párrafos de análisis crítico, todo lo demás son sugerencias. Son más propositivas que críticas. Nunca hemos realizado críticas ni calificaciones ad hóminen, sí a los mecanismos y formas de organización social, política y económica.
“Papá todo lo que vayas a hacer, hazlo desde el amor”. Me dijo mi hija, cuando decidí dar a conocer públicamente mis ideas. He sido fiel a su solicitud, y lo seguiré siendo, sin esperar ser correspondido, pues el verdadero amor se entrega incondicionalmente, nos enseño Martí.
Tampoco somos genios ni magos los que venimos en esta lucha hace ya más de 20 años desde dentro de la Revolución, hemos cometido errores, -ninguno grave al parecer- y reconocemos que nuestras ideas han crecido con el debate. Nuestro lenguaje, heredero del tradicional, también debe mejorar.
El imperialismo, la contrarrevolución y los confundidos que en algún momento pudieron imaginar que este debate y nuestras críticas podrían debilitar la Revolución, han recibido una lección: todo ha sido planteado y el proceso político, económico y socialanticapitalista hacia la socialización que implica, no solo sigue ahí, no se ha caído; al contrario, se ha fortalecido con la crítica a los fracasados métodos centro autoritarios de la manera estatalista –errada- de concebir el socialismo y la aparición de una salida socialista integral, auténtica y autóctona.
El arma de la crítica fue arrebatada al enemigo y rescatada para los revolucionarios, aunque siguesin lograrse la necesaria comprensión de que es también un arma legítima el pleno respeto a todos los derechos humanos y ciudadanos de todos los cubanos. La oposición interesada en que así sea, pudiera contribuir mejor a derrotar las fuerzas menos propicias al cambio en el seno revolucionario, si el conjunto de sus críticas dejaran la agresividad y fueran más propositivas, camino que han sabido elegir algunos.
Hoy vemos no pocas de nuestras consideraciones reflejadas en los planteamientos de una gran cantidad de cubanos de todos los ámbitos, quienes han empezado a comprender que existe otra manera de concebir el socialismo. Hemos puesto en duda la creencia de numerosos compatriotas, de que la única alternativa a la situación actual fuera el regreso al capitalismo privado. Hemos contribuido a “refrescar” el socialismo y a renacer en muchos las esperanzas perdidas.
Han sido los propios motores internos del proceso y las acciones a veces imperceptibles de las masas, los que están imponiendo con toda claridad, la necesidad de avanzar hacia la socialización profunda de la economía y las decisiones de todo tipo. Los proyectos socio políticos triunfan cuando existen condiciones histórico concretas que lo permitan. Soloentoncesla voluntad de los hombres se impone.
El camino no ha sido fácil y seguirá siendo difícil, las batallas decisivas están por darse. El inmovilismo sigue fuerte y obstinado con el control centralizado y el dirigismo. Las tendencias autoritarias parecen fortalecerse por momentos. La brecha entre el estado y los trabajadores se amplía con la imposición de métodos ajenos al socialismo. La lucha por derrotar el burocratismo y la corrupción tendrá que seguir caminando por un desfiladero preñado de peligros, confusiones y arbitrariedades por las que pasan todas las confrontaciones políticas. La fuerza podría imponerse coyunturalmente; la razón convence y a la larga vence.
La discusión colectiva, la gestión democrática, la búsqueda del consenso, las decisiones tomadas por los interesados todos, la plena libertad de opinión, el respeto a la diversidad, la responsabilidad colectiva compartida y concientemente asumida, la horizontalidad y el rechazo a todo verticalismo, despotismo yautoritarismo, son los métodos que corresponden al sistema de organizaciones políticas, sociales y económicas en el socialismo. Orden como sinónimo de armonía y consenso democráticamente compartido, no de imposición.
Las dificultades objetivas -el bloqueo imperialista, la crisis internacional, el retraso tecnológico, los desastres naturales y otros- no podemos modificarlas en poco tiempo o no dependen de nosotros; pero todo lo que pueda cambiar por la acción conciente de los hombres, sí.
Para algunos la postergación del Congreso del PCC y la convocatoria de la Conferencia esuna “jugada” para ganar tiempo, “desgastar” las Propuestas Programáticas y seguir consolidando la posibilidad de un “socialismo-burgués” tipo chino con apoyo del capital internacional, una vez levantado el Bloqueo.
El que está contra el reloj es el “socialismo de estado”, que sobrevive por un subsidio externo el cual no es posible ampliar más, ni –quizás- tampoco prolongar por mucho tiempo, dadas las complicaciones internacionales y cada día que pasa su fracaso se hace más evidente y cuenta con menos aprobación; mientras que las ideas y modalidades del SPD, como alternativa real contra el capitalismo, crecen en forma inversamente proporcional, no solo en Cuba.
Por otro lado la vía china a la restauración capitalista parece imposible sin el apoyo del imperialismo que solo se acercaría para tratar de tragarse a la Revolución, algo que no está dispuesto a consentir ningún revolucionario cubano.
También sabemos que una grave falla que contribuyó decisivamente al fracaso de los intentos renovadores en la URSS, fue laincapacidad del PCUS para desembarazarse del inmovilismo. La Conferencia acordada por el VII Pleno del CC, pudiera cumplir ese propósito y dar un golpe definitivo a la inercia. Igual, el cónclave pudiera oír los pareceres de trabajadores, cooperativistas, académicos, científicos, y activistas sociales sobre los importantes temas en discusión, sin sectarismo ni secretismo, en el entendido de que el PCC por ser el único existente, debe ser capaz de representar los intereses de toda la nación.
No faltan quienes dicen que si quisieran avanzar en el camino que proponemos, contarían personalmente con nosotros. La hechologíapositivista burguesa y el centralismo burocrático nunca entenderán. No interesan personales protagonismos que corresponden al pueblo, a los trabajadores y a las ideas.
Hoy, los adversarios del avance socialista podrían intentar desacreditarnos arbitrariamente con cualquier manipulación mediática o podríamos morir mañana; pero ya la misión inicial que nos propusimos está cumplida: está planteada la salida verdaderamente socialista para evitar el regreso al capitalismo privado en Cuba: el Socialismo Participativo y Democrático, una opción real, publicada, conocida, “conversada”, con vida propia, natural.
Nuestra Revolución no es una impostura y por eso, más temprano que tarde avanzará hacia una mayor participación de los trabajadores y el resto del pueblo en todos los asuntos que les conciernen. Si no hubiéramos confiado en ello siempre y si no siguiéramos confiando, no estaríamos involucrados en este complejo debate, tratando de impulsarlo. Los contrarios, los que dan la revolución por acabada, los indiferentes dedican su tiempo a otra cosa.
Nosotros seguimos en combate por el socialismo hasta sus últimas consecuencias.
Mientras, como “las hormigas negras, en noches negras, por oscuros caminos”, seguiremos con nuestra labor de difundir las ideas del socialismo marxista y martiano a todo lo profundo posible de la sociedad, sea para hoy, mañana o pasado mañana.
En este contexto, en el primer aniversario de las Propuestas Programáticas para un Socialismo Participativo y Democrático, sus autores hemos considerado:
1-Mantener el texto original con su propósito de debate por la población dada la vigencia general de sus análisis y propuestas y la ausencia de otro programa socialista.
2-Presentar en breve, un resumen de las ideas principales que recibimos del intercambio posterior, que completarían y ampliarían las propuestas del documento original.
3-Una vez conocida la fecha del inicio de las discusiones previas al VI Congreso, presentaremos las ideas centrales de nuestras propuestas que no hayan sido incluidas en el documento oficial que se someta a debate popular.
4-Continuar defendiendo las ideas del Socialismo Participativo y Democrático, así como las experiencias revolucionarias afines que se desarrollan en América Latina, por todas las vías posibles y a nuestro alcance.
Socialismo por la vida.

La Habana, 16 de agosto de 2009perucho1949@yahoo.es

http:/www.kaosenlared.net/rss/kaos_colaboradores_195.xml http://analitica.com/va/internacionales/opinion/8777149.asp.
http://es.geocities.com/amigos_pedroc/index.html
http://autogestion-socialista.blogspot.com/

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martes, 18 de agosto de 2009

Continúa la lucha por un Socialismo Participativo y Democrático (SPD)

Por Pedro Campos


Breve resumen de lo acontecido y alcanzado. Situación actual y perspectivas. Próximos pasos

Al año de su presentación pública, el documento “Cuba necesita un Socialismo Participativo y Democrático. Propuestas Programáticas” ha cumplido sus objetivos fundamentales:

1-Presentar públicamente una propuesta de socialismo marxista, que garantice la continuidad y el avance de la Revolución ante la complicada situación interna y externa que atraviesa y el reconocimiento por la propia dirección histórica de la posibilidad de su reversión; y

2-Contribuir al intercambio solicitado por los líderes de la Revolución y hacerlo lo más profundo y amplio posible entre todos los cubanos y revolucionarios de todo el mundo, para enriquecerlo y clarificar el camino y los objetivos futuros del proceso.

A pesar de las dificultades objetivas y trabas impuestas para su divulgación, nuestras propuestas llegaron a miles de cubanos vía correo electrónico, memorias, otros soportes digitales y folletos impresos. Hemos sabido de su conocimiento y circulación en la mayoría de las provincias del país. Agradecemos a todos los que han contribuido de alguna manera en este sentido.

La prensa digital de izquierda en español le dio amplio destaque. Kaosenlared.net abrió incluso una sección especial para el debate socialista en Cuba. Algunos medios digitales de la emigración y unos pocos órganos de la gran prensa burguesa lo comentaron. La derecha cubana, también ha hecho alguna referencia al documento para atacarlo, desde luego. Diversos analistas, periodistas y especialistas de la situación cubana desde todas las posiciones han reconocido la existencia en Cuba de un nuevo proyecto socialista no estatalista promovido desde el seno de la Revolución.

La dirección histórica no ha prestado atención pública a las Propuestas Programáticas, ni los órganos de prensa nacionales las han publicado; pero distintas informaciones que nos llegan por diferentes vías indican que el documento es de amplio conocimiento general.

Coincidentemente, los principales órganos nacionales de prensa escrita y algunos programas de radio y televisión están desarrollando una importante labor crítico-propositiva en la misma dirección que las Propuestas, al evidenciar que las causas de nuestros problemas están en el fracaso del estatismo asalariado -sin mencionarlo por su nombre-, y al destacar, como solución exitosa, el sistema cooperativo de trabajo en la producción agrícola.

Si las “15 propuestas concretas para revitalizar el socialismo en Cuba” presentadas el 2 de septiembre de 2007 constituyeron un aporte estimulante al debate convocado por Raúl entonces, las Propuestas Programáticas ayudaron a mantener la discusión viva desde su publicación hasta el presente y han contribuido junto a otras instituciones oficiales y grupos de intelectuales revolucionarios dispersos en el mundo académico, a que el pensamiento político cubano comenzara a salir del inmovilismo en que se encontraba sumido por la herencia del “socialismo real soviético”, brecha que abrieron el líder de la Revolución, en su discurso el 15 de noviembre de 2005 en la Universidad y los llamados al debate del 2do Secretario del PCC.

Políticamente, hoy nos encontramos en una etapa cuantitativa y cualitativamente superior al 2007 y al momento en que se presentaron las Propuestas Programáticas. Las manifestaciones más evidentes son la propia existencia de una nueva salida socialista a la crisis estructural actual, el llamado del Presidente de la República, Raúl Castro -mal que pese a algunos, el Presidente de todos los cubanos, militares y civiles- a que sea el pueblo el que decida cuál socialismo desea, la realización próxima de una Conferencia del Partido y un nuevo anuncio de celebración del VI Congreso del PCC, luego de amplio debate popular sobre el socialismo.

En el 2005, cuando habló Fidel en la Universidad, era un sueño que algunos teníamos, la posibilidad de someter a discusión popular el socialismo realmente existente en Cuba y una quimera que fuera el pueblo el que decidiera qué tipo de socialismo construir. El sueño, ha comenzado a tomar contornos de realidad. Algunos quisiéramos ir mucho más rápido, pero sabemos que es necesario vencer todavía la fuerte oposición inmovilista a lo interno del Partido y la burocracia.

La historia ha demostrado una vez más, la necesidad de luchar por la utopía revolucionaria, no importan los obstáculos. “Seamos realistas y hagamos lo imposible”, dijo el Che.

Muchos hemos escrito artículos y dado opiniones en estos años, concientes de que podíamos esperar recriminaciones. La dirección histórica que pidió el debate, apostó por escuchar y obtuvo resultados: nunca antes el “socialismo de estado” había sido criticado en público tan profunda y ampliamente desde el seno revolucionario y las posiciones del marxista. Nunca tampoco, había aparecido internamente, en forma tan nítida, una propuesta concreta de un socialismo revolucionario.

Contra las Propuestas y sus autores se ha venido realizando una indecorosa y solapada campaña de descrédito, aislamiento y desarticulación de nuestras posibilidades de divulgación.

Han sido arbitrariamente separados de sus trabajos algunos compañeros, otros sancionados en el Partido, hostigados en distintas formas, se ha tratado de empujarnos a las posiciones enemigas o “contaminarnos” con ellas; se nos ha acusado que querer “imponer” lo que solo hemos querido debatir; han querido presentarnos como mensajeros del capitalismo y detractores de la Revolución a la cual hemos servido incondicionalmente y deseamos ayudar a salvar -enfrentando riesgos-, y hemos sido víctimas de otras provocaciones que preferimos olvidar; pero nada logró, ni logrará desestabilizarnos ni paralizar nuestra faena.

No hemos querido convertir toda esta indecente “operación” contra las Propuestas Programáticas y nuestras personas, en un problema más para la política gubernamental, pero deben cesar estas provocaciones, si sinceramente se desea un debate revolucionario y conocer otros criterios de cómo hacer avanzar el socialismo.

Sin las 15 Propuestas para revitalizar el Socialismo, sin las Propuestas Programáticas, sin los cientos de artículos con análisis críticos publicados, sin las discusiones y comentarios en Kaosenlared, el debate de ideas pedido por Fidel y Raúl ¿habría conseguido alguna horizontalidad? ¿Habría estado fuera de las gavetas de la burocracia? ¿Habría sido verdadero?

La Revolución está pasando una significativa prueba de fuego: este debate público y a “calzón quitado” entre los revolucionarios, con las piezas íntimas expuestas al sol purificador, sin que por ello –hasta hoy- se hayan dividido sus filas, ni los sectarismos y oportunismos hayan podido levantar cabeza, aunque han intentado salir de sus cuevas. Hasta ahora hemos logrado que todos esos “ismos” que resuenan de pasadas historias, se guarden de provocar los desgarramientos de otros procesos y mantengan la cohesión sin perder su diversidad.

La confianza mutua en que procuramos los mismos fines, aunque discrepemos en la manera de conseguirlos, ha sido la clave. Esa idea debe seguir primando en los debates posteriores y garantizar la cohesión estratégica de todas las fuerzas revolucionarias. Las Propuestas contienen apenas unos pocos párrafos de análisis crítico, todo lo demás son sugerencias. Son más propositivas que críticas. Nunca hemos realizado críticas ni calificaciones ad hóminen, sí a los mecanismos y formas de organización social, política y económica.

“Papá todo lo que vayas a hacer, hazlo desde el amor”. Me dijo mi hija, cuando decidí dar a conocer públicamente mis ideas. He sido fiel a su solicitud, y lo seguiré siendo, sin esperar ser correspondido, pues el verdadero amor se entrega incondicionalmente, nos enseño Martí.

Tampoco somos genios ni magos los que venimos en esta lucha hace ya más de 20 años desde dentro de la Revolución, hemos cometido errores, -ninguno grave al parecer- y reconocemos que nuestras ideas han crecido con el debate. Nuestro lenguaje, heredero del tradicional, también debe mejorar.

El imperialismo, la contrarrevolución y los confundidos que en algún momento pudieron imaginar que este debate y nuestras críticas podrían debilitar la Revolución, han recibido una lección: todo ha sido planteado y el proceso político, económico y social anticapitalista hacia la socialización que implica, no solo sigue ahí, no se ha caído; al contrario, se ha fortalecido con la crítica a los fracasados métodos centro autoritarios de la manera estatalista –errada- de concebir el socialismo y la aparición de una salida socialista integral, auténtica y autóctona.

El arma de la crítica fue arrebatada al enemigo y rescatada para los revolucionarios, aunque sigue sin lograrse la necesaria comprensión de que es también un arma legítima el pleno respeto a todos los derechos humanos y ciudadanos de todos los cubanos. La oposición interesada en que así sea, pudiera contribuir mejor a derrotar las fuerzas menos propicias al cambio en el seno revolucionario, si el conjunto de sus críticas dejaran la agresividad y fueran más propositivas, camino que han sabido elegir algunos.

Hoy vemos no pocas de nuestras consideraciones reflejadas en los planteamientos de una gran cantidad de cubanos de todos los ámbitos, quienes han empezado a comprender que existe otra manera de concebir el socialismo. Hemos puesto en duda la creencia de numerosos compatriotas, de que la única alternativa a la situación actual fuera el regreso al capitalismo privado. Hemos contribuido a “refrescar” el socialismo y a renacer en muchos las esperanzas perdidas.

Han sido los propios motores internos del proceso y las acciones a veces imperceptibles de las masas, los que están imponiendo con toda claridad, la necesidad de avanzar hacia la socialización profunda de la economía y las decisiones de todo tipo. Los proyectos socio políticos triunfan cuando existen condiciones histórico concretas que lo permitan. Solo entonces la voluntad de los hombres se impone.

El camino no ha sido fácil y seguirá siendo difícil, las batallas decisivas están por darse. El inmovilismo sigue fuerte y obstinado con el control centralizado y el dirigismo. Las tendencias autoritarias parecen fortalecerse por momentos. La brecha entre el estado y los trabajadores se amplía con la imposición de métodos ajenos al socialismo. La lucha por derrotar el burocratismo y la corrupción tendrá que seguir caminando por un desfiladero preñado de peligros, confusiones y arbitrariedades por las que pasan todas las confrontaciones políticas. La fuerza podría imponerse coyunturalmente; la razón convence y a la larga vence.

La discusión colectiva, la gestión democrática, la búsqueda del consenso, las decisiones tomadas por los interesados todos, la plena libertad de opinión, el respeto a la diversidad, la responsabilidad colectiva compartida y concientemente asumida, la horizontalidad y el rechazo a todo verticalismo, despotismo y autoritarismo, son los métodos que corresponden al sistema de organizaciones políticas, sociales y económicas en el socialismo. Orden como sinónimo de armonía y consenso democráticamente compartido, no de imposición.

Las dificultades objetivas -el bloqueo imperialista, la crisis internacional, el retraso tecnológico, los desastres naturales y otros- no podemos modificarlas en poco tiempo o no dependen de nosotros; pero todo lo que pueda cambiar por la acción conciente de los hombres, sí.

Para algunos la postergación del Congreso del PCC y la convocatoria de la Conferencia es una “jugada” para ganar tiempo, “desgastar” las Propuestas Programáticas y seguir consolidando la posibilidad de un “socialismo-burgués” tipo chino con apoyo del capital internacional, una vez levantado el Bloqueo.

El que está contra el reloj es el “socialismo de estado”, que sobrevive por un subsidio externo el cual no es posible ampliar más, ni –quizás- tampoco prolongar por mucho tiempo, dadas las complicaciones internacionales y cada día que pasa su fracaso se hace más evidente y cuenta con menos aprobación; mientras que las ideas y modalidades del SPD, como alternativa real contra el capitalismo, crecen en forma inversamente proporcional, no solo en Cuba.

Por otro lado la vía china a la restauración capitalista parece imposible sin el apoyo del imperialismo que solo se acercaría para tratar de tragarse a la Revolución, algo que no está dispuesto a consentir ningún revolucionario cubano.

También sabemos que una grave falla que contribuyó decisivamente al fracaso de los intentos renovadores en la URSS, fue la incapacidad del PCUS para desembarazarse del inmovilismo. La Conferencia acordada por el VII Pleno del CC, pudiera cumplir ese propósito y dar un golpe definitivo a la inercia. Igual, el cónclave pudiera oír los pareceres de trabajadores, cooperativistas, académicos, científicos, y activistas sociales sobre los importantes temas en discusión, sin sectarismo ni secretismo, en el entendido de que el PCC por ser el único existente, debe ser capaz de representar los intereses de toda la nación.

No faltan quienes dicen que si quisieran avanzar en el camino que proponemos, contarían personalmente con nosotros. La hechología positivista burguesa y el centralismo burocrático nunca entenderán. No interesan personales protagonismos que corresponden al pueblo, a los trabajadores y a las ideas.

Hoy, los adversarios del avance socialista podrían intentar desacreditarnos arbitrariamente con cualquier manipulación mediática o podríamos morir mañana; pero ya la misión inicial que nos propusimos está cumplida: está planteada la salida verdaderamente socialista para evitar el regreso al capitalismo privado en Cuba: el Socialismo Participativo y Democrático, una opción real, publicada, conocida, “conversada”, con vida propia, natural.

Nuestra Revolución no es una impostura y por eso, más temprano que tarde avanzará hacia una mayor participación de los trabajadores y el resto del pueblo en todos los asuntos que les conciernen. Si no hubiéramos confiado en ello siempre y si no siguiéramos confiando, no estaríamos involucrados en este complejo debate, tratando de impulsarlo. Los contrarios, los que dan la revolución por acabada, los indiferentes dedican su tiempo a otra cosa.

Nosotros seguimos en combate por el socialismo hasta sus últimas consecuencias.

Mientras, como “las hormigas negras, en noches negras, por oscuros caminos”, seguiremos con nuestra labor de difundir las ideas del socialismo marxista y martiano a todo lo profundo posible de la sociedad, sea para hoy, mañana o pasado mañana.

En este contexto, en el primer aniversario de las Propuestas Programáticas para un Socialismo Participativo y Democrático, sus autores hemos considerado:

1-Mantener el texto original con su propósito de debate por la población dada la vigencia general de sus análisis y propuestas y la ausencia de otro programa socialista.

2-Presentar en breve, un resumen de las ideas principales que recibimos del intercambio posterior, que completarían y ampliarían las propuestas del documento original.

3-Una vez conocida la fecha del inicio de las discusiones previas al VI Congreso, presentaremos las ideas centrales de nuestras propuestas que no hayan sido incluidas en el documento oficial que se someta a debate popular.

4-Continuar defendiendo las ideas del Socialismo Participativo y Democrático, así como las experiencias revolucionarias afines que se desarrollan en América Latina, por todas las vías posibles y a nuestro alcance.

Socialismo por la vida.

La Habana, 16 de agosto de 2009

perucho1949@yahoo.es

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jueves, 13 de agosto de 2009

¿Cómo derrotar el burocratismo en Cuba?

La solución radica en pasar a las nuevas formas asociadas de producción, distribución y consumo, organizadas y dirigidas por los trabajadores mismos, lo cual desarticularía el poder de la burocracia


Radulfo Páez Para Kaos en la Red

La economía cubana evoluciona hacia un estancamiento de su reproducción ampliada influida por diversos factoresobjetivos entre los cualesdestacan la crisis mundial, el bloqueo imperialistas, los fenómenos naturalesy los errores de direcciónen algunos funcionarios de alto rango en la mala conducción de las relaciones económicas, todo lo cual se agrava con el desinterés, la indeferencia, el poco sentido de pertenencia y la baja participaciónde sectores de la masa laboral reflejadaen conductas de sustracción de bienes del estadoyla caídadel PIB, que se denotaa partir del año 2003.
Laciudadanía muestra un alto nivel de incomprensión sobre toda esta situación, pues no existe claridad en cuanto a sus causas, toda vez que el pueblo trabajador sigue haciendo enormes esfuerzos y sacrificios y no ve los resultados reflejados directamente en su nivel de vida. Muchos jóvenes trabajadores y estudiantes enniveles medios y universitarios ven condesesperanzauna salida satisfactoria para nuestro socialismoque tanto hatrabajado por la formación profesional de las nuevas generaciones y optan por proyectos individuales fuera del sistema estatal y el país.
La opinión publica manifiesta en los espacios posibles, su inconformidad con el mal funcionamiento de entidades estatales de todo tipo de producción, asistencia y servicios, las cuales están sujetas a una administraciónde tipo burocrático,que antes de resolver problemas lo complican todo con regulaciones, trámites, ordenes y disposiciones a diestra y siniestra que creanmil y una trabas y dificultades que afectan a la población y sus intereses cotidianos.
A muchos de estos burócratas lo que parece interesarle es mantenerse en sus puestosy posiciones, para garantizar su cómoda vida, con sus condiciones de mando y relaciones de poderentre ellos,que se apoyan mutuamente como una capa social con intereses comunes.
Se corre el riesgode que esta capa cada vez más separada de los intereses de las masas, sea enfrentada masivamente en un futuropor los propios trabajadores y el pueblo en un momento determinado de crisis, descompensarsela sociedad y la gobernabilidad, situación que pudiera ser aprovechada por el imperialismo y sus agentes internos para presentarlo como un enfrentamiento entre el pueblo y la Revolución, cuando en verdad sería un enfrentamiento entre el pueblo y los que tratan de desviarla en función de sus intereses estrechos.
No tenemos datos concretos que puedan identificar los lazos internos de esa burocracia, pues ella misma se encarga de hacer difícil la investigaciónpara conocer quiénes son y cuáles sus conexiones y modus operandis;pero lo cierto es que debemos estar prevenidospara evita cualquier desviación al estilodel socialismo real europeo.
Muchas personas, incluida buena parte de la juventud que creció con el llamado Período Especial, han perdido las esperanzasde una reanimación de la economía llamada socialistade nuestro país, pues después de 50 años de Revoluciónseguimos sin cambios fundamentales en los conceptos y métodos de dirección centralizados, por lo cual no pocosllegan a ver con buenos ojos, desgraciadamente,una implantación de relaciones de producción capitalistas privadas.
Se puede asegurar que este es un peligro latenteque divide la opinión en parte de la población,porque no conocen dicha sociedad clasista más allá de lo que ven en la televisión o lo que llega de los familiares de Miami.
Esto requiere una respuestaque trascienda la propaganda oficial y revierta el curso de la opinión pública a favor de más socialismo.
Lo cual podría lograrse si nos apoyáramos en un cambio sustancial de la economía estatizada y centralizada, sustentada en la propiedad del estado y el uso de la categoría capitalista salario para remunerar a los trabajadores en los centros de produccióny de servicios, que vaya hacia una participación real y directa de los trabajadores en la dirección y manejo de todos los centros de producción y servicios y organicen ellos mismos la distribución del ingreso basada en la repartición de una parte de las utilidades obtenidas por cada colectivo laboral, lo cual sería una fuerte motivaciónpara quese trabaje de una forma distinta, más colectiva con más y mejores resultados.
Sobre la posibilidaddel regreso al capitalismo ya el compañero Fidel Castro, con su visión de futuro, nosalertóde que el Imperialismono podría destruirnos, sin embargo las propias fuerzas de la Revolución sí lapodrían hacerdesaparecer.
¿Puede el pueblo trabajador destruirla?No. ¿Pueden hacerlo los campesinos? No. ¿Pueden ser los cooperativistas? No. ¿Pueden los combatientes revolucionarios? No. ¿Puede ser la burocracia? Si. Es esa la que puede destruirla, si no la neutralizamos, ¿pero cómo…?
Para evitarestefunesto desenlace,es necesario promover la entrega del control directo de las empresas a los colectivos de trabajadores y quitarle así el poderactual que tiene el aparato burocrático del estado, cambiando la condición actual de los trabajadoresasalariados como en el capitalismo, a la de trabajadores libres asociados como será y debe ser en el socialismo.
Esto sí podría despertar esperanzasde reanimación económica en el pueblo pues los trabajadores mismos se encargarían de organizar la produccióncolectiva con el usufructo de los medios de producción, aportando una parte, no todo, de lo que producen para los impuestos que el Estado invierte en gastos sociales y de desarrollo, ya sea desde las cooperativas agrícolas e industriales u otras formas cooperadas de autogestión.
De esta forma la burocracia perdería sus bases de poder económico y sustentación y por tanto sus posibilidades de aliarse al capital internacional para organizar en conjunto la explotación de los trabajadores cubanos, la Revolución sería preservada y quedaría estratégicamente en manosde los trabajadores de la ciudad y el campo, los manuales e intelectuales. Esa sería la manera de evitar la reversión de la Revolución que apunto Fidel, impedir la restauración del capitalismo y garantizar el avance del socialismo.

La Habana, 26 de julio de 2009

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Propuestas Programáticas. Al año, siguen creciendo

Los partidarios del viejo socialismo, nada han aportado que no sea impedir su divulgación, frases dogmáticas y falsas acusaciones. Conservadurismo postmoderno
Daniel Rodríguez Delgado Para Kaos en la Red


En el verano del 2008 un grupo de revolucionarios y comunistas dieron a conocer el documento Cuba Necesita un Socialismo Participativo y Democrático. Propuestas Programáticas, en respuesta a los llamados de Fidel y Raúl a debatir nuestros problemas y buscar soluciones. Esaspropuestas afirmaban:

-El desastre en Europa del “socialismo de estado” neocapitalista estancado, sustentado en la centralización de la propiedad, de la acumulación, de las decisiones y en el trabajo asalariado; su evolución en China hacia el capitalismo y la incapacidad del mismo para hacer avanzar la sociedad cubana, han llevado a muchos revolucionarios a trabajar en la reformulación del socialismo nunca alcanzado, siempre partiendo de las ideas centrales de los clásicos, de la universalidad y la ética martianas…

-Debemos implementar un Socialismo… Participativo.. Democrático… Libertario… Humanista… Autogestionario,.. Inclusivo… Integracionista…

-Dejar atrás el fracasado sistema centrista, autoritario, estatista-asalariado y estructurado verticalmente de arriba hacia abajo, heredado del estalinismo y avanzar … a un sistema comunal-democrático descentralizado, apoyado en relaciones socialistas de producción que horizontalmente integre y armonice, de abajo hacia arriba las funciones productivas, de gobierno, justicia y otras.

-No se trata de “disminuir” el papel del estado en la transición socialista, sino de hacerlo de una manera distinta, más efectiva: en vez de ocuparse directamente de administrar, su papel es viabilizar el desarrollo.

-La soberanía al pueblo perfeccionando el Poder Popular…El Partido debe ser el más democrático y admitir la existencia de tendencias diversas mientras todas defiendan el poder de los trabajadores y el socialismo

-Necesario una sola moneda……….respetar propiedad personal…nueva ley migratoria…priorizarla agricultura y la seguridad alimentaria… la alimentación del pueblo…... La tierra a repartir no puede ser fuente de capitalismo y trabajo asalariado, sería retroceder en la socialización

-… es preciso estimular económicamente primero a los jóvenes a que trabajen, se queden en el país y procreen;

-… las modificaciones necesarias a ley fundamentaly la electoral deben hacerse para acentuar el espíritu socialista y martiano de la Constitución vigente y someterse a referendo. Cualquier proyecto socialista debe contemplar el reconocimiento a las generaciones que iniciaron, desarrollaron yhan traído hasta aquí a la Revolución.

-El enemigo trabaja sobre nuestros errores…La gravedadse acrecienta cuando se advierte un peligroso cambio de política de EE.UU. hacia Cuba para el que no estamos preparados económica ni políticamente…
-Cuba vive una continuada crisis económica, política y social a consecuencia del estancamiento en la socialización… y del permanente y criminal asedio imperialista… las nuevas generaciones -desmotivadas- no sienten el mismo compromiso que las anteriores con este “socialismo… …Para salvar al pueblo, la Patria y la Revolución urge un nuevo programa socialista…capaz de ofrecer soluciones constructivas a esas contradicciones, poner al ser humano –no al estado- al centro de la vida nacional, reanimar el espíritu revolucionario de los trabajadores manuales e intelectuales, reactivar la alianza obrero-campesina, retomar la confianza del pueblo, ganarnos a la juventud, desarrollar la economía, mejorar lavida, destruir los fundamentos del bloqueo enemigo y hacer una contribución más efectiva al renacimiento socialista que tiene lugar en América Latina.
- Se sugiere avanzar del estatismo a la socialización, cambiar la forma asalariada de pago por la repartición de parte de las utilidades; pasar el control de los medios, los recursos y las decisiones, de la burocracia a los colectivos sociales y laborales y a las personas, intercambiar sobre asuntos cuyas soluciones no pueden postergarse más y avanzar hacia más participación y más democracia.
…. la propiedad estatal asalariada debe ser sustituida gradualmente por la propiedad socialista de los colectivos de trabajadores y sociales esencialmente:
…Las nuevas relaciones cooperativas-autogestionarias de producción se caracterizan por: 1) los propios trabajadores asociados, dueños o usufructuarios colectivos, de sus medios de producción, auto “explotan” su fuerza de trabajo; 2) administran democráticamente su gestión productiva (control de gastos, planificación y elección de dirección) y 3) controlan y distribuyen el plustrabajo o excedente, antes plusvalía, una parte para la reproducción de la entidad, otra para la contribución a la seguridad social, las actividades presupuestadas y los planes de desarrollo general y el resto sería repartido equitativamente para el consumo directo de los trabajadores. ..
-Cooperativa, pequeñas empresas,…Autogestionada para empresasmedias a pequeñas por su nivel de desarrollo….. Cogestionada (entre el estado y los trabajadores) Para las empresas de interésnacional o estratégico, con alto nivel tecnológico… Pueden existir también varios tipos de empresas estatales…El carácter compartido de la administración y la propiedad entre el estado y los trabajadores, garantizarían que no haya subestimación de los intereses de la nación o el surgimiento de tendencias localistas o regionales perjudiciales.
-Crear en todos los centros laborales los Consejos Obreros, para ejercer el control directo de todas las decisiones: elección y/o ratificación de dirigentes empresariales,… control democráticos de los planes de producción…e inversiones y cambiar la forma de pago de salario por la repartición equitativa de parte de las utilidades…convertir todo en una gran unión de asociaciones autogestionadas, debiendo quedar estatuido que son indivisiblese invendibles, y su fusión o unión con otras empresas quedar sujeta a leyes.
Enfocar la agricultura y la seguridad alimentaria como asuntos de supervivencia de la República…La tierra que se reparta debe serde la nación ydeberá entregarse en usufructo de por vida con retiro del mismo sólo en casos extraordinarios de violaciones flagrantes de las leyes, por abandono, mantenerla improductiva o por imperiosa necesidad de la tierra para objeto social aprobado por Asamblea Nacional del Popular y con derecho a indemnización.

Las concesiones a empresas extranjeras en recursos de importancia estratégica, deben ser, únicamente, después de comprobar… la incapacidad del país para asumirla y serían aprobadas por la ANPP la Inversión extranjera debe ser preferiblementeindirecta y en forma mixta…

… Por tratarse de una sociedad de tránsito y existir fuerzas productivas de bajo nivel de desarrollo, tendrán que coexistir otras formas pre-socialistas de relaciones de producción, como la mercantil simple, de bienes o servicios… en forma individual o familiar y otras que la propia necesidad de la producción demande. ..

La República democrática revolucionaria directa de los trabajadores,es el tipo de estado que más parece corresponder a los anhelos actuales del pueblo cubano… Su esqueleto sería el del Poder Popular, pero pleno de contenido democrático… dando pleno control de toda la actividad en los municipios a las autoridades que deberán ser elegidas en forma democrática y directa por el pueblo… garantizando que todas las propuestas para candidatos de cualquier nivel sean realizados por las bases respectivas. …

El Partido Comunista debe ser el más democrático y admitiropiniones y tendencias diversas mientras todas defiendan el poder de los trabajadores y el socialismo…Los sindicatos defenderán al los trabajadores… Las organizaciones políticas y de masas funcionarán sobre nuevos principios y el presupuesto que logren de sus recaudaciones.


… El estado en cada nivel dispondrá de grupos (ministerios) de control metodológico, planificación y desarrollo…El aparato central estatal irá adecuándose cada vez más a sus verdaderas funciones en el socialismo participativo, quedando fundamentalmente para cuestiones…de impuestos, de planeamiento social general y de control en las actividades imprescindibles, como defensa, seguridad, justicia, relaciones internacionales, orden interior nacional… viabilizar la armonía, el desarrollo y los intercambios internos y externos…

Habrá que priorizar las comunicaciones, la computación, así como intranet e Internet con pleno acceso…

…Actualizar el código penal de acuerdo con los recientes pactos de derechos humanos firmados por el gobierno de Cuba.

Deberán revisarse cuanto antes las condenas excesivas a detenidos por asuntos vinculados a cuestiones políticas. …Respetar la propiedad privada personal…incluidos autos y viviendas y el alquiler de los mismos entre nacionales,así como facilitarse el trabajo libre para jubilados y discapacitados y liberar todo el trabajo por cuenta propia.…Urge una nueva ley migratoria que elimine las absurdas medidas… Eliminar el asedio a jóvenes, negros, personas del interior y demás cubanos, sin motivos justificados, así como el decreto 217 que limita el movimiento y el asentamiento de los cubanos en el territorio nacional.

La “ayuda” de gobiernos extranjeros dirigida a subvertir el orden establecido en la Constitución, debería ser declarada ilegal.Sería ilícita la propaganda que defienda la explotación del ser humano en cualquiera de sus formas y penada la que instigue cualquier tipo de violencia…

…No es un programa acabado, ni se intenta un nuevo esquema…Esta plataforma se aplicaría gradual pero firme y sistemáticamente.

“Nada que deje en pie el sistema de explotación capitalista y el asalariado puede impedir la miseria de las
Masas. .Donde no hay explotación de trabajo asalariado no hay capitalismo. .La emancipación de los trabajadores es obra de ellos mismos… De los trabajadores hay que aprender, no pretender “educarlos”.

La dirección del país debe… Mandar obedeciendo. …“Solo la opresión debe temer el ejercicio pleno de las libertades” dijo el apóstol.


La continuidadesta en el cambio. “

De entonces acá muy pocoha cambiado sustancialmente en el país, excepto una insuficiente compactación administrativa, el tener celular e ir a hoteles en una moneda que no se gana, pequeños aumentos salariales, la extensión por 5 años de la edad de jubilación y la adopción del pluriempleo, que en las condiciones cubanas, poco aportan. La Contraloría General es un paso de perfeccionamiento sobre el Ministerio de auditoria y control que tal vez ayude. Otros cambios, sí nos van sorprendiendo, como vergonzosas indignidades mutuas en la cúpula, el mejoramiento de las condiciones de vida de los mismos, el paso a las posiciones de poder de familiares, nuevos vehículos con aire acondicionado para la dirigencia yVaradero, que está lleno de funcionarios con carros estatales por estos días.
La crisis mundial nos afecta, pero mucho menos que la mental que ya no sabe como demostrar su predominio.Hay muchos pueblos en condiciones peores, es verdad, pero ninguno pagó el precio de hacer la revolución que se hizo para estar mejor.El capitalismo es una porquería y jamás lo aceptaremos, pero no hemos dado sangre sudor y lágrima para quedarnos en el de estado, sino en su superación.
Es muy difícil defender promesas no cumplidas y ver que medidas supuestamente priorizadas, como la celebración del VI congreso, era postergada por razonesque concurrían cuando se prometió su celebración; y otras están congeladas o marchan a pasode jicotea, como la reforma salarial, el perfeccionamiento empresarial, la entrega de tierras y la disminución de importaciones en alimentos.
Más incomprensible aun es que se pierdan cosechas por ausencia de envases o transporte, falta de coordinaciones etc. El costo de la vida sube por el elevador de alta velocidad y los salarios por la estrecha escalera de incendio.
Si eso pasa en las tareas declaradas de seguridad nacional ¡cómo será en las otras! El drenaje emigratorio es imparable, estamos formando científicos, profesionales, artistas y deportistas para el futuro…de Miami.
El incremento de la desconfianza y la frustración en la mayoría del pueblo es alarmante.
El propio hecho de convocar una Conferencia Nacional con el principal objetivo de nombrar nuevos dirigentes, es muestra de nuestro insuficiente socialismo e intento de legitimar una decisión errónea y de la cual no se ha pedido excusas, si quiera, a la militancia.

Mientras el gobierno del vecino del norte, como preveía aquel documento, parece dispuesto a cambiar la política hacia Cuba privilegiando el acercamiento y la penetración. Esta combinación de factores hace más real la amenaza de reversión de la Revolución.
Para impedirlo se hace necesario avanzar sin dilaciones a una renovación de nuestro socialismo en la dirección presentada por las Propuestas Programáticas. El gobierno del compañero Raúl no parece verlo así o simplemente las limitaciones del sistema son tales que se loimpiden. De aferrarse a los viejos esquemas de que el “socialismo estatal”, la experiencia de las FAR y la disciplina militar, resolverán los problemas y de continuar con la creencia de que el noticiero y la mesa redonda incrementarán la conciencia, se estarían obviando realidades que todos conocemos.
Cada día es más grande el grupo de revolucionarios que no desea cargar con la responsabilidad derivada del silencio y la complicidad. Son muchos los trabajadores, intelectuales, estudiantes, hombres, mujeres, viejos y jóvenes que al conocer las Propuestas, coinciden con ellas total o parcialmente. Un repaso de los comentarios y artículos relativos a las mismas, revelan suextraordinaria acogida. El debate en la prensa internacional en torno a las propuestas muestra un respaldo significativo en la izquierda cubana e internacional.
Los partidarios del viejo socialismo, incapacitados para la discusión de valores y principios, nada hanaportado que no sea impedir su divulgación, frases dogmáticas y falsas acusaciones. Conservadurismo postmoderno.
La dirección revolucionaria está llegando al fin de sus capacidades sin haber realizadodemocráticamente el relevo adecuado, ni en la teoría ni en los cuadros, desperdiciando el potencial intelectual y transformador creado por su propia actuación. Preservar lo mejor de su legado, garantizar la continuidad y el avance de la Revolución iniciada por ellos demanda una renovación. Las capacidades y los cuadros existen en el propio partido, no hay que importarlos, solo hay que respetar las normas democráticas de discusión y elección en el seno del mismo, que se violan constantemente por una llamada política de cuadro propia del medioevo, en la infame designación a dedo, aparentemente con el único objetivo de escoger clones.
A pesar de todo, deseamos confiar una vez mas,en su historia personal e instinto revolucionario y esperamos que juntos podamos salvar la patria y el socialismo y la historia sin igual realizada por nuestro pueblo en estos 50 años.
Nadie nos regalara nada. Estas líneas programáticas deben serdefendidas por todos los que las comparten, para que democráticamente sean tenidas en cuenta en el VI Congreso y formen parte de los debates partidistas.
Socialismo o Muerte.
Venceremos

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