sábado, 18 de octubre de 2008

Intercambio entre Pedro Campos: Contra el burocratismo, la corrupción y sus causas

Por cuestiones de espacio no me fue posible introducir mi comentario al trabajo del compañero Pedro Campos. Dada la importancia suscitada comento aquellas que dan lugar a la polémica.

Malime - Para Kaos en la Red


Hola Pedro, me figuro que tendrás acceso a Kaos en la Red y podido comprobar el impacto de tu trabajo, 1259 visitas y 32 comentarios, la mayoría solidarios y coincidentes en el ánimo que nos anima a los que queremos que el proceso revolucionario cubano supere los condicionantes que tiene. Como solo se permiten 1500 caracteres en el comentario 32, no me ha sido posible introducir todo el que te hago directamente.
Esta frase tuya que reproduzco a continuación, considero que es una interpretación muy correcta de Lenin.
“La mejor forma de garantizar el control y organización de los recursos, evitar los desvíos, la acción de la burocracia y la corrupción, es organizando el control obrero directo, estableciendo los Consejos Obreros (digo yo, Lenin los denominaba Soviet) en cada centro de producción o servicios, de manera que sean los trabajadores los que tomen todas las decisiones en los respectivos centros. Hay que hacer que los trabajadores en cada lugar se sientan como sus verdaderos dueños y esto implica darles participación directa en el control de todo lo que tiene que ver con su centro, en la dirección, la gestión, economía de recursos y en parte de las utilidades. Esa sería la mejor democracia, la más necesaria cuanto más difícil es la situación”.
Por mi parte, como ya te he dicho en anteriores, insistir en la necesidadde la unidad dialéctica del nuevo ser socialista político-productivo, donde desde abajo arriba puede ejercer el control productivo y político al mismo tiempo. Después de 50 años de revolución socialista no se puede permitir que se divida al ser humano en clase política y clase productiva. En el socialismo para que se avance en la liquidación del burocratismo, se deben generar mecanismo de poder político que integren al nuevo ser socialista en el control político-productivo.
Lenin por los condicionantes personales (el atentado que sufrió y que en aquellas dificultades le impidieron ejercer su influencia cuando veía el deterioro que se estaba produciendo, y finalmente su muerte) y las existentes en el medio en que tuvo que desenvolverse, le impidieron desarrollar sus tesis sobre el Soviet, en nuestro lenguaje, los Consejos Obreros. Donde el estado y su democracia participativa nada tiene que ver con la del estado capitalista, donde la democracia participativa queda condicionada por el llamado sufragio universal ejercido cada equis años, con en el que se engaña al pueblo haciéndole creer que actúan democráticamente eligiendo a unos mandatarios administradores del orden capitalista, o como sucedió en la URSS, eligiendo a los burócratas de turno. Conviene resaltar que en la URSS (y creo que en Cuba también) en la constitución (creo que era en el artículo 142) figuraba el derecho a la revocación. Derecho falso como se demostró con la caída de aquel llamado Socialismo Real. Ese derecho de papel no existía en Rusia, evidenciaba la falta de un poder socialista leninista, y en Cuba es evidente que tras las denuncias que haces sobre el burocratismo y los privilegios de personas instaladas en puestos claves de la dirección político-productiva.
El burocratismo, el robo, los privilegios existen porque no hay democracia directa y permanente del pueblo. Lo que hay es democracia delegada en la clase política que controla el partido.
Pedro, o creemos en el pueblo para que ejerza toda su capacidad político-productiva o solo para que este delegue en los “grandes revolucionarios salvadores”. Como de alguna forma, al propio Che le pasaba cuando creía en el pueblo para hacer la revolución pero no para que este administrase la producción, y en su obra “Apuntes críticos a la economía política”, en las páginas 16-17 dice: “…se nos critica el que los trabajadores no participan en la confección de los planes, en la administración de las unidades estatales, etc., lo que es cierto,… El remedio que se busca para esto es que los obreros dirijan las fábricas y sean responsables de ellas materialmente, que tengan estímulos y desestímulos de acuerdo con su gestión. Creo que aquí está el quid de la cuestión; para nosotros es un error pretender que los obreros dirijan unidades… En una planificación centralizada… no puede depender de una asamblea de obreros…un cuadro técnico bien situado puede hacer muchísimo más que todos los obreros de una fábrica…”
Si te das cuenta, en esta sintética frase del Che, que es de suponer ese pensamiento predomina en los máximos dirigentes actuales, no solo se contradice con él mismo, sino con el pensamiento de Lenin en la confianza que este tenía en los trabajadores para que ellos mismos dirigiesen y controlasen la producción.
Ese pensamiento contradictorio evidencia por un lado la confianza en el socialismo, pero no la confianza en los obreros para ejercer todo el poder directamente, el poder productivo-político. Se confunde lo que es una asamblea de trabajadores para elegir los órganos de dirección de su empresa, con la planificación centralizada. Se confunde anarquía burguesa con democracia directa participativa permanente de abajo arriba.
Los obreros de cada fábrica podrán dirigir y controlar los aspectos específicos de su responsabilidad, la mejor forma de producir en su fábrica, al mismo tiempo que pueden elevar sus propuestas a los niveles superiores de gestión a través de sus mandatarios elegidos a esos órganos. Esos delegados político-productivos desde la gran base piramidal que son todos los centros laborales, tanto los productivos como sociales, son los enlaces que configuran la gran pirámide del estado socialista, donde el control y la revocación de los mandatarios es posible realizarla de forma permanente, como sucedió en la experiencia de la Comuna de París, donde los mandatarios a la asamblea de París, lo eran con un mandato del que tenían que rendir cuenta a la asamblea que los había elegidos, pudiendo esta revocarles y destituirles si no respondían a la confianza depositada en ellos y sustituidos por nuevos mandatarios.
Si verdaderamente creemos en el pueblo, los trabajadores podrán decidir en cada centro donde laboran, controlar no solo a los mandatarios elegidos a los niveles superiores, sino a los propios elementos antisociales, que roben o boicoteen la producción en cada lugar. Como nos decían los grandes teóricos, en el socialismo la democracia directa y permanente legisla, ejecuta y ejerce el poder represivo contra los elementos antisociales, no solo desde la cúspide gubernativa, sino desde abajo, desde cada lugar y ámbito de poder socialista, como bien dices, desde cada fábrica el pueblo armado defiende la revolución y reprime a los ladrones.
Animo y salud.
Malime



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Respuesta de Pedro Campos



Gracias Malime. Me alegra mucho que estemos concordando plenamente. Tengo esa obra del Che y conozco muy bien la cita. Lo que expresas es mi mismo punto de vista.
Un abrazo
Pedro Campos


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#45.- Malime, una cosa es lo que se cree razonable, otra es la realidad
Mad17-10-2008 14:45
La experiencia en Cuba de 50 años de capitalismo monopolista de Estado( a lo que parece te refieres con la frase de: la gran pirámide del estado socialista)nos ha hace concluir que no es así como pensara nuestro admirado y querido Ché (que como humano era también falible).
Fidel señaló en su discurso del 4.01.59, en Camagüey, que el pueblo tenía que elegir a su Presidente, a sus ministros e, incluso, los trabajadores tendrían que designar a sus propios dirigentes. Si como él mismo indicara en La Historia me absolverá, los trabajadores participaran de las ganancias, hubieran tenido sentido de dueños y, por tanto, serían los primeros en el interés de escoger bien a tales dirigentes, para que no los fueron a "embarcar" con su gestión.
¿Qué ha pasado en este capitalismo monopolista de Estado? Que los ministro los pone de dedo el Consejo de Estado, y los dirigentes de las empresas y otras instituciones los designan los ministros, con la "venía" del partido. Así los trabajadores no escogen, sino que soportan muchas veces a quienes pusieran los de "más arriba", que, en tantísimas ocasiones, no son idóneos, sólo que sí de la confianza (cuando no de la amistad o familia) de esos ministros.
Los trabajadores en Cuba no designan a sus dirigentes, sólo sufren los autoritarismos y las subestimaciones de esos "tremendísimos cuadros". Por eso nuestra economía (además de bloqueo y caída del campo socialista) no acaba de enrumbar y navegar a velas desplegadas, como debería ser.
Respuesta de Malime.
Cuando cito la gran pirámide del estado socialista no me refiero a la pirámide burguesa, donde el poder se ejerce de arriba abajo, sino a la del pueblo liberado del trabajo enajenado capitalista, una pirámide sólidamente asentada en un pueblo que desde esa gran multitud ciudadana que son los trabajadores, desde abajo arriba, ejerce el poder político-productivo. Una peana que controla hasta la cúspide porque existe una estructura organizativa de democracia directa y permanente que lo posibilita, como supuso el intento revolucionario de la Comuna de París, en vez de la cúspide burguesa imposible de revocar a pesar de las constantes burradas que comenten, contra la mayoría social trabajadora, los gobiernos administradores del orden capitalista.
El Che fue un hombre admirable, como lo es Fidel, Raúl y muchos dirigentes que sacrificaron su vida en favor de la causa obrera, pero también como todos los demás seres humanos cometemos errores que solo se corrigen en el debate solidario, mediante el desarrollo y actualización de la filosofía marxista al actual momento de desarrollo científico y político. Ni Marx, Lenin, ni el propio Che se consideraban un fetiche al que adorar como si fueran un elemento de culto religioso. Fue el propio Marx el que dijo que el no se consideraba marxista, tal era su grado de comprensión materialista y despersonalizada de la filosofía que defendía basada en el materialismo dialéctico. Su subliminal mensaje era, nada de dogmas de fe, sino filosofía en permanente autocrítica y desarrollo.
En las referencias sobre el Consejo de Estado, los ministros y el partido, se reconoce la crítica que hago sobre la forma de organización del estado burgués. Se puede uno imaginar que si los trabajadores tuvieran la estructura de poder leninista basada en los Consejos Obreros (Soviet en ruso), controlando el proceso productivo, aplicando la justicia obrera, habría ladrones que roban gasolina o tabaco. Si esos robos tienen lugar es porque no existe esa estructura de poder, los trabajadores no sienten suyas las empresas en las que laboran, de alguna forma, ante la situación y los privilegios que ven disfrutar a los aparatichis incrustados en el aparato estatal, se les induce a que superen sus carencias personales robando.
De nada valen los discursos moralistas de algunos dirigentes denunciando a los ladrones si no se establecen mecanismos de control ejercido directamente por los propios trabajadores.
Ahora bien, si no creemos en la capacidad de los trabajadores para actuar política y productivamente de forma directa y permanente, entonces tienen sentido las formas organizativas del estado burgués. Solo debemos creer en la revolución socialista y el comunismo, dominado y controlado por los buenos “tribunos salvadores”. Es decir, con la división de la ideología capitalista, que divide al ser humano en clase política y sociedad civil. Los tribunos a mandar y los modernos siervos productores a dejar gobernar a los tribunos salvadores, que son elegidos cada equis años.
Salud y ánimo a todos los revolucionarios.

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