sábado, 11 de octubre de 2008

1ra parte: ANTE-PROYECTO DE UN PROGRAMA SOCIALISTA PARTICIPATIVO Y DEMOCRÁTICO PARA CUBA



Por Pedro Campos Santos

Presentado públicamente a la nación, al pueblo, a los trabajadores,
al gobierno y al PCC para su discusión.

El enemigo tiene planes para destruir la Revolución y apoderarse de Cuba. Martí decía “Plan contra Plan”. A falta de otro conocido, este programa es nuestra contribución.

Nada que deje en pie el sistema de explotación capitalista
y el asalariado puede impedir la miseria de las masas.
Se hace pues, indispensable una transformación
completa en el sistema de producir y distribuir”.
Carlos Baliño, fundador del PRC y del PCC


1-Introducción. Cuba vive una continuada crisis económica, política y social, resultado del estancamiento de su Revolución que ha avanzado muy poco en la necesaria socialización; y por el permanente bloqueo imperialista, más dañino cuanto más ha servido para obstaculizar el avance socialista, no obstante haber realizado grandiosas transformaciones culturales y los programas de salud más completos logrados en países subdesarrollados. Mayoritariamente, los cubanos están frustrados o enajenados tras muchos años a remolque del estado. Se está creando un tipo raro de “situación revolucionaria” cuya evolución dependerá de quien logre capitalizar el descontento creciente.

2-El ser humano y no el estado debe ser el centro de la vida nacional. Necesitamos progresar en la socialización para preservar y profundizar la Revolución o se ahondarán las dificultades económicas y el descontento, abriéndose el camino a la plena restauración capitalista que para Cuba sería la anexión, la absorción de su cultura y un desastre incalculable para la nación y para todo el movimiento revolucionario internacional. La disminución de la población, su envejecimiento prematuro, la baja tasa de natalidad, la salida masiva de jóvenes por cualquier vía y la insatisfacción generalizada son consecuencias negativas y palpables de la crisis. Para salvar al pueblo, la Patria y la Revolución urge un programa socialista participativo y democrático capaz de reanimar el espíritu revolucionario de los trabajadores manuales e intelectuales, reactivar la alianza obrero-campesina, retomar la confianza del pueblo, retener a la juventud y desarrollar la economía.

3-El desastre en Europa de ese “socialismo de estado” neocapitalista estancado, sustentado en la centralización de la propiedad, de la acumulación, de las decisiones y en el trabajo asalariado, su evolución en China hacia el capitalismo y la incapacidad del mismo para hacer avanzar la sociedad cubana, han llevado a muchos revolucionarios a trabajar en la reformulación del socialismo nunca alcanzado, siempre partiendo de las ideas centrales de los clásicos y de la universalidad y la ética martianas. Ya cuando el IV Congreso del PCC en 1991, las bases presentaron ideas que hubieran podido dar lugar a un nuevo Programa Socialista. Cuando más difícil fue la situación internacional por la caída de la URSS y el Campo Socialista y más necesario se hacía avanzar hacia un socialismo más participativo y democrático, la siempre misma dirección decidió postergar aquellas demandas, fortaleció su tradicional centralismo y sólo después de la profunda crisis del 94 decidió emprender algunas reformas -sin cambios sustanciales- básicamente en el plano económico, que aún con sus insuficiencias ayudaron a mejorar la situación de algunas capas de la población.

4-Una contrarreforma a partir de 1997-98 desaceleró la economía, pero apareció la solidaria ayuda del hermano gobierno de Chávez y en lugar de aprovecharla para impulsar las nuevas ideas socialistas, el estado-partido decidió usarla para reintentar consolidar el sistema estatal asalariado, siempre y en todas partes fracasado. La asistencia venezolana ya se hace insuficiente, como antes la soviética y ahora se pretende prolongar la vida del agotado esquema con la ayuda de capitales extranjeros, más endeudamiento y tratando de sacar partido de las contradicciones ínter imperialistas, a cambio de compartir la explotación de nuestros recursos naturales, nuestra posición geográfica y el potencial científico y técnico del pueblo cubano cada vez más desesperanzado. Los culpables de lo que ocurra no serán los que vengan atrás.

5-El discurso de Fidel el 17 de noviembre de 2005 reconociendo la posible reversión de la revolución y especialmente el de Raúl el 26 de Julio de 2007 posibilitaron otro debate donde, de nuevo, las bases se pronunciaron por un socialismo más participativo y democrático. A tres años del primero y a uno del segundo no se ha hecho público el resultado de las discusiones y el gobierno-partido no ha presentado al pueblo ningún plan concreto integral para sacar el socialismo cubano de su crisis actual; ignora olímpicamente los análisis y propuestas de académicos, politólogos y cientistas sociales socialistas cubanos y extranjeros; sigue negando el acceso del pensamiento revolucionario no oficial a la prensa, continúa usando el cerco imperialista como justificación para contener el avance de la socialización (que no es más desarrollo en la tecnología, sino en la forma de su explotación) y sigue recargándose todo el peso y la responsabilidad por la crisis en los trabajadores y el pueblo. La gravedad se acrecienta cuando se advierte un peligroso cambio de política de EE.UU. hacia Cuba para el que no estamos preparados económica ni políticamente.

6-El nuevo gobierno del compañero Raúl abrió un capítulo de esperanzas que no podemos perder, pero la resistencia natural del sistema sólo le ha permitido presentar medidas aisladas, algunas contraproducentes, para perfeccionar el estatismo asalariado, unidas al tradicional discurso de más trabajo, sacrificio y disciplina, bordeando pero sin confrontar los problemas de fondo. Se ha anunciado la convocatoria del VI Congreso del PCC para fines del 2009, al parecer, con la ilusión de presentar para entonces algunos logros que permitan ratificar la línea sostenida hasta aquí.

7-Ante esta situación, varios comunistas y revolucionarios cubanos que compartimos –dentro- las penurias de todos, sobre la base del análisis de la experiencia histórica socialista mundial y la propia nuestra, hemos intercambiando y planteando un grupo de ideas centrales, concentradas en este documento, el cual se pone a la consideración de nuestros trabajadores, de nuestro pueblo, de nuestro Partido Comunista, de nuestro gobierno y de todos los revolucionarios del mundo, para que sea valorado y enriquecido, y con esos aportes, sea tenido en cuenta con miras al VI Congreso que, a nuestro juicio, debería celebrase cuanto antes.

8-No se intenta un nuevo esquema u otra camisa de fuerza a la sociedad, sino buscar el consenso que necesita la República Martiana. En esencia se sugiere cambiar la forma asalariada de pago por la repartición de parte de las utilidades; pasar el control de los medios, los recursos y las decisiones, de la burocracia a los colectivos sociales y laborales y a las personas y avanzar hacia más participación y más democracia.

Se propone:

9-Avanzar del “socialismo de estado” al Socialismo Participativo y Democrático, (SPD). Dejar atrás el fracasado sistema centrista, autoritario, estatista-asalariado y estructurado verticalmente de arriba hacia abajo, heredado del estalinismo y avanzar a la concepción cooperativista integral que del socialismo tenía Marx, a un sistema comunal-democrático descentralizado, apoyado en nuevas relaciones de producción socialistas que horizontalmente integre y armonice, de abajo hacia arriba las funciones productivas, de gobierno, justicia, militar y otras. Su objetivo sería agilizar la socialización de la economía y la vida política del país a partir de dar pleno control directo a los trabajadores y al pueblo sobre las decisiones más importantes que los afecten en los centros de producción y servicios y en los distintos niveles de la comunidad.

10-Para serlo, el socialismo debe ser Participativo porque en la formulación y toma de decisiones participan directa y comprometidamente las masas, los trabajadores y toda la población afectada. Democrático porque todas las decisiones importantes que afectan a todos los ciudadanos del país o de un conglomerado social, productivo o comunitario deben contar con la aprobación mayoritaria de los interesados. Libertario porque se crearán por primera vez condiciones reales para la libertad plena del ser humano y para el ejercicio, por todos, de todos los derechos políticos, civiles y económicos por los que ha luchado la humanidad. Autogestionario, porque el trabajo organizado en forma cooperativo-autogestionaria es lo que caracterizará al nuevo sistema de organización de la producción y al funcionamiento de toda la sociedad. Inclusivo porque no permitirá ningún tipo de sectarismo, discriminación ni exclusión arbitraria por razón alguna, en la participación y en la democracia, de manera que todos se sientan interesados y comprometidos en el proyecto común. Integracionista porque sólo con la integración económica, política y social de varios países podrá lograrse el triunfo del nuevo sistema, por lo cual necesitamos que otros pueblos avancen por este camino y apoyamos un ALBA efectivo, por abajo, pueblo a pueblo, que avance a economías similares y a pasaporte y moneda únicos.

11-Crear en todos los centros de producción y servicios los Consejos o Parlamentos Obreros para ejercer el control directo de todas las decisiones que les competen: elección de dirigentes empresariales, planificación y gestión democráticas de los planes de producción, costos, gastos e inversiones y cambiar la forma de pago de salario por la repartición equitativa de las utilidades que queden una vez descontada la reproducción de la actividad productiva y el pago de impuestos para gastos sociales y de desarrollo municipal y nacional. Las entidades presupuestadas: centros de salud y docentes deberán ejercer en forma autónoma el control del presupuesto y buscar otras vías de ingresos que no impliquen explotación del trabajo ajeno.

12-La clase trabajadora no puede esperar a que, por su propia iniciativa, el aparato burocrático del estado-partido, hasta hoy mayoritariamente indeciso a discutir siquiera cualquier avance en esta dirección, le profundice su Revolución. La emancipación de los trabajadores es obra de ellos mismos. Los trabajadores, integrados en el Partido, las organizaciones de masas y el gobierno, son los llamados a encabezar la socialización con sus propias acciones y a educar a todas estas instituciones y a radicalizarlas para que contribuyan a profundizar el socialismo. De los trabajadores hay que aprender, no pretender “educarlos”. La burocracia acepta la socialización o será barrida, porque en Cuba hay socialismo o anexión, y burócrata que crea sobrevivirla será devorado por ésta.




13-Sustituir gradualmente las relaciones de producción estatales-asalariadas por las nuevas relaciones socialistas de producción cooperativistas-autogestionarias hasta hacerlas predominantes, las cuales traspasan sus principios colectivistas, democráticos, solidarios, libertarios y humanistas inherentes a sus formas de propiedad, gestión y distribución, al funcionamiento de la nueva sociedad, a todas las instituciones de la superestructura y darán lugar a una nueva conciencia social. Las nuevas relaciones socialistas de producción se caracterizan por 1) los propios trabajadores asociados, dueños o usufructuarios colectivos, de sus medios de producción, auto explotan su fuerza de trabajo; 2) administran democráticamente su gestión productiva (control de gastos, planificación y elección de dirección) y 3) controlan y distribuyen el plus-trabajo o excedente, antes plusvalía, una parte para la reproducción de la empresa, otra para contribuciones e impuestos y el resto es repartido equitativamente para el consumo directo de los trabajadores. La cooperativa es una forma de propiedad y asociación, el cooperativismo la forma en que se organizan la gestión y la distribución en la cooperativa: la autogestión obrera. La generalización de las relaciones socialistas de producción será la Autogestión Socialista. El Manifiesto Comunista expresa que “el trabajo asalariado es la forma de la existencia del capitalismo”, de manera que el socialismo pasa por la abolición del trabajo asalariado. EL cooperativismo será la forma de la existencia del socialismo. El trabajo cooperativo es al socialismo, lo que el trabajo asalariado es al capitalismo. La tendencia natural del período de tránsito será avanzar hacia la progresiva eliminación del trabajo asalariado hasta su supresión por la práctica y luego por ley.
Continúa en 2da parte

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