miércoles, 11 de junio de 2008

Perfiles de propiedad, cooperación y autogestión obrera no laborista.

Por: Kirmen Reussibai

Un aporte al debate sobre cooperativismo socialista que incluye elementos como la relación entre el poder popular, la propiedad y el trabajo. Propone acciones para conformar el pasaje de las cooperativas en "la transición socialista hacia el comunismo, la liberación del trabajo asalariado y la libertad general". De acuerdo con el autor: "El control de los medios de producción y del empleo ya no se rige únicamente sobre las definiciones generales de socialización de la propiedad, sino también sobre procesos de transparencia y repartición de responsabilidades y beneficios, gestionados de manera progresivamente democrática: es decir, sobre la base del poder obrero real, en términos democráticos"


Para el debate sobre cooperativismo socialista, sería pertinente tener presentes algunas cuestiones.

En primer lugar que, tanto como sería un grave retroceso en la transición socialista la reintroducción de la relación salarial de tipo capitalista liberista, es decir entre empresas capitalistas singulares y obreros trabajadores, así, de la misma manera, sería otra grave regresión en el desarrollo de la socialización la vuelta de la propiedad estatal hacia formas de propiedad menos socializadas, con la constitución de cooperativas con propiedad exclusiva sobre los medios de producción.

Sin embargo, sobre la base del desarrollo de la democracia (1), desde lo universal y genérico de la formalidad democrática estatal, hacia lo democrático directo y efectivo local y biorregional (2), podría ser posible desarrollar formas de producción y de propiedad más particularizadas, y que puedan significar un paso adelante en el desarrollo socialista. Cuando estas nuevas formas de producción y propiedad mantengan y fortalezcan los logros socialistas conquistados con la revolución.

Esto es: cuando estas nuevas formas de propiedad y producción garanticen un mejor y mayor crecimiento del poder popular, de la democracia real obrera directa.

El principio de esta política, residiría en el hecho de que el progreso social adquirido con la estatalización general de la propiedad, tendría que ser considerado como un bien adquirido, indispensable e ineludible de la socialización y luego un camino general por el que la evolución de la sociedad pueda experimentar nuevas formas y contenidos de democratización. Estableciendo o mejorando la dialéctica socialista entre poder popular, propiedad y trabajo.

Una sociedad madura para dar estos pasos es la que puede generar propuestas de producción cooperativa fundadas en una redistribución de las formas del control de los medios de producción, por ejemplo entre:

un determinado colectivo productor, que asume la responsabilidad principal de gestión, en el sentido de dirigir el desarrollo del proceso productivo y de los medios de producción correspondientes, con una participación proporcional a los resultados económicos, es decir a una parte del plusvalor generado;

el municipio o consejo obrero territorial local, que asume la responsabilidad de garantizar la participación obrera de toda la comunidad cercana, favoreciendo la repartición del trabajo, sobre todo la creación de nuevas ocasiones de empleo y las reducciones de los tiempos de ocupación laboral conforme a las exigencias sociales (3); más la respectiva participación a los beneficios para la gestión municipal o del consejo;

el organismo biorregional, que participa en la gestión de las cuestiones territoriales superiores, ecológicas, de provisiones y producciones inducidas, transportes, etc. más amplias que los municipios, barrios o pueblos ya representados por los consejos locales;

el control estatal, que garantiza la repartición del plusvalor cooperativo desde el punto de vista general, la aplicación de las normativas de seguridad, el desarrollo de la formación, investigación e innovación, y sindicaliza las cuestiones generales de propiedad y sus formulaciones, etc. que puedan surgir (4).

Por lo tanto, hablamos de un concepto de propiedad superior, por supuesto, a todos los del capitalismo, cooperativas inclusive (5), pero también a los del estado socialista primitivo. El control de los medios de producción y del empleo ya no se rige únicamente sobre las definiciones generales de socialización de la propiedad, sino también sobre procesos de transparencia y repartición de responsabilidades y beneficios, gestionados de manera progresivamente democrática: es decir, sobre la base del poder obrero real, en términos democráticos.

Desde el punto de vista del colectivo empleado y gestor directo, se trata de una participación parcial a los beneficios económicos, tanto como de su repartición interna sobre bases democráticas de gestión y también, muy importante, en la gestión del tiempo de trabajo general y de cada trabajador, que depende en fin de cuentas del grado de desarrollo democrático y eficiencia de todo el proceso (6).

En efecto, la liberación del trabajo presupone también etapas de autogestión, en una dialéctica personal-colectiva, de tiempos productivos directos y también de necesidades u opciones voluntarias de consumo por encima del mínimo social garantizado en cada región.

Desde el punto de vista obrero general, es decir de la clase obrera directa o indirectamente conectada con el centro productivo, y desde el punto de vista de la gestión territorial cercana, se trata del desarrollo de reparticiones y beneficios sociales de empleo, económicos, culturales, etc. que por supuesto están condicionados al grado de participación del consejo territorial en el desarrollo de la unidad cooperativa.

Por otro lado, esto acerca a la posibilidad de una distribución colectiva de las demás tareas necesarias para el desarrollo de la comunidad, y naturalmente a la eventualidad de rotaciones de la actividad personal (estudio-investigación-producción-deporte-ocio-etc.) de los que así lo desean o necesiten.

Mientras que para la institución nacional, por su parte, se trata de la participación en un proceso productivo y social del que puede extraer todo tipo de ventajas económicas, sociales, tecnológicas, etc. en la medida en que su aportación sea efectiva, no burocrática (4) y lo más posible afinada a las exigencias particulares y generales. Lo que presupone el desarrollo de propias, adecuadas y lo más posiblemente desarrolladas - desde un punto de vista de calidad - herramientas de sindicalización productiva en cada sector donde se experimenten estos procesos de descentralización productiva.

Unas ideas más para concretar el debate internacional de las cooperativas en la transición socialista hacia el comunismo, la liberación del trabajo asalariado y la libertad general.

(1) El concepto de democracia ha sido expropiado por el capitalismo al movimiento obrero y proletario metropolitano, sobre todo desde la instauración en la URSS de la forma estatal de dictadura del proletariado, desvirtuándole radicalmente a través del régimen parlamentario y la partidocracia burguesa. Democracia es, ante todo, poder popular; y únicamente puede representar una democratización real y concreta de la sociedad si es interpretado y asumido por la clase obrera, hasta conseguir un modo superior de desarrollo sin salario y propiedad capitalista.

Es decir: con el socialismo, es únicamente por medio de asambleas y consejos obreros locales, en primer lugar, y luego regionales, etc. que se puede registrar un real desarrollo democrático de la sociedad. Por supuesto, entendemos con el término de obreros y de clase obrera no únicamente su sector empleado y trabajador, sino todo el conjunto de personas que no tienen otra salida para vivir que ceder su fuerza de trabajo, lo consigan o no lo consigan.

(2) Es prácticamente imposible que no se consolide un proceso revolucionario si no es a partir del poder de un estado en esta época histórica de superioridad de la forma-estado clásica.

Sin embargo, su verdadero contenido, fuerza y valor social se mide con la capacidad que manifiesta y activa la sociedad para apoyar o generar procesos locales y regionales de democracia, que son la única garantía para el arraigo del desarrollo socialista democrático nacional. Otra vez, hablamos por supuesto de poder popular, no de régimen parlamentario y de partidocracia/votocracia capitalista. Menos aún de formas degeneradas de control policial territorial o de la "democracia" del "partido". Eso es, de desarrollo de formas asamblearias locales - soviet, consejos, etc. - donde el modelo político busca en continuidad su desarrollo y perfeccionamiento democrático y no lo contrario.

Para esto es imprescindible partir de lo local, donde las relaciones sociales se pueden fundar sobre los parámetros máximos de colectivización compartida, de participación voluntaria, de verificación ética socialista permanente, y también de representación - allí donde y cuando es necesaria - absolutamente arbitrada y sindicada de forma permanente y abierta por toda la colectividad.

La extensión del poder democrático biorregional, se refiere a la sucesiva formación de marcos (regiones, provincias, cantones) más amplios que las comunidades locales (barrios, pueblos, municipios, etc.), sobre la base de agrupaciones y espacios de común interés social, cultural, ecológico o de ecosistema específico, de vías de comunicación, recursos, etc. Marcos que pueden además cruzarse y sobreponerse según las prioridades y necesidades específicas que resulten requeridas en cada tema, periodo y proyecto.

(3) Tratamos aquí de la gestión obrera general territorial de la unidad cooperativa, en cuanto el sector empleado en el centro productor es sólo un sector de la clase obrera territorialmente interesada por la cooperativa. Por esto, la forma asamblearia de democracia local se tendría que considerar ante todo como un consejo obrero territorial, que establece y propone líneas políticas de desarrollo económico del municipio, respeto a todos los centros productivos existentes. Por supuesto, con relación a los intereses de todos los obreros del respectivo territorio: empleados, subempleados y desempleados, jóvenes y ancianos según sus actitudes y aptitudes, y mujeres en tareas de reproducción inclusive, por supuesto.

En fases más avanzadas, este poder social puede intervenir en toda la gestión laboral de su marco territorial, buscando y proponiendo las correlaciones y reparticiones más apropiadas de fuerza trabajo y medios entre centros productivos, servicios públicos, sector agrícola, formación, cuidado del entorno físico y ambiental, actividades culturales y otras funciones presentes o posibles en el territorio.

(4) Este planteamiento teórico general está hecho en función del debate en curso, y no pretende ser de ninguna manera exhaustivo, completo y concluido, ni menos aún plantear aplicaciones mecánicas o peor aún burocráticas, que puedan transformar cada órgano de gestión de cada unidad productiva en un mecanismo absurdo e inviable. Según cada situación, dimensión y característica pueden ser desarrolladas de forma flexible, o simplemente reguladas por pautas fijas experimentales, que serían modificadas sobre la base de la experiencia específica del centro o de las lecciones sacada de otras unidades, localidades y sectores productivos.

(5) Uno de los principios fundamentales de la actividad empresarial capitalista es el secreto sobre los datos principales del proceso productivo, en particular de cuentas y balances. Sobre esta ocultación asocial se apoya también la explotación del trabajo y la alienación de las plusvalías, además de la sustracción a la recaudación racional de impuestos y tasas.

(6) Por supuesto, la reducción de los tiempos individuales y colectivos de trabajo tendríamos que entenderla como un proceso de maduración socialista que, en general, podría ser planteada en el marco nacional e internacional de la lucha de clases, como la lucha por las ocho horas de antaño.

Pero, en este marco concreto, se podría plantear la puesta en marcha de experimentaciones que tengan en cuenta todos los factores humanos interesados: individuales de los empleados, generales del centro productivo, territoriales para el reparto de empleo y estatales con relación a la política socialista general del trabajo.

Publicado en: Kaos en la red

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