domingo, 25 de mayo de 2008

Cuba hoy: Revolución en la Revolución

Por Marcelo Arbit

Para nosotros, latinoamericanos, no es indiferente que se abra paso un proceso de cambio en nuestra Cuba, superando el inmovilismo y las consecuencias negativas del "socialismo de estado"

Los cambios políticos iniciados en la Revolución Cubana, reclamados por millones de luchadores en asambleas, en las que se presentaron mas de 1.200.000 propuestas para aplicar rectificaciones económicas políticas, culturales y sociales muestran que en el pueblo cubano se halla más vigente que nunca la necesidad de buscar los caminos para recuperar la iniciativa revolucionaria.

La Revolución Cubana es sin dudas una revolución genuina que resistió y resiste el bloqueo del imperialismo norteamericano , mientras su pueblo que se educó y cultivó de la mano de la revolución, pudo desarrollar una política de salud de excelencia y un espíritu solidario con los pueblos del mundo constituyendo un ejemplo para todos aquellos que soñamos un mundo diferente.

Quizás por su carácter ejemplar e inspirador de varias generaciones de luchadores latinoamericanos, como todos los procesos que recorrieron el "socialismo real", está llamada a reformularse para superar la etapa actual de dificultades estructurales que requieren medidas revolucionarias superadoras, ante la pérdida de potencia transformadora.

Para nosotros, latinoamericanos, no es indiferente que se abra paso un proceso de cambio en nuestra Cuba, superando el inmovilismo y las consecuencias negativas del "socialismo de estado" que sumergió en la catástrofe a la URSS y a los países de Europa del Este.
Resulta imprescindible además que los cambios propuestos sirvan para desarrollar la revolución y no para convertir a Cuba nuevamente en una colonia más del imperialismo.

Dicho esto confieso que estoy convencido de que la discusión real no gira en torno a resolver algunas "incongruencias" propias de los enfoques burocráticos, en lo que se refiere verbigracia al acceso a visados, el derecho a ingresar a hoteles y a la utilización de internet que son reclamos justos y necesarios, sino que la búsqueda de soluciones debería tener como eje fundamental al régimen de propiedad en el que derivó el "socialismo centralizado" que se apropió del trabajo y aplastó la creatividad de los trabajadores y el pueblo.

En lenguaje popular cada uno se ha dedicado a "resolver" su subsistencia ante un enredo de dificultades propias de la institución del régimen de doble moneda, los salarios bajos, y la búsqueda de puestos de trabajo vinculados al ingreso de divisas por sobre su interés profesional, y en casos mas complejos a prácticas, como el desarrollo del mercadeo paralelo "expropiando" a los burócratas de recursos que en realidad son de todo el pueblo, frente a situaciones que el estado paralizado no resuelve.

Amo a la Revolución Cubana y creo que la dirección histórica tiene la responsabilidad de encauzar este debate quizás como todavía no se ha realizado en ningún otro país del planeta, abierto a los nuevos aportes de las diferentes generaciones de cubanos, escuchando al pueblo que reclama e intuye que hay una salida en las formas nuevas que la Revolución Latinoamericana está encontrando, a través de la autogestión, en la autoorganización en cooperativas etc., es decir en los diversos tipos de organización que expresan la propiedad social de los trabajadores, en lo que podría llamarse propiedad pública no estatal, que libere la productividad de nuestra creación material y subjetiva.

La apertura de este debate nos incluye a todos; a quienes nos consideramos los hijos de Martí, de Bolívar, de San Martín; también de Fidel y del Che y de cada uno de nuestros libertadores que no pudo terminar su faena. Porque hoy es posible la soñada unidad latinoamericana, tenemos que poner en un esfuerzo mancomunado, todos nuestros conocimientos al servicio de la Revolución Continental democrática, participativa anticapitalista, antiimperialista y socialista.

Nuestra entrañable Cuba se encuentra hoy, una vez más, ante la histórica responsabilidad de abrir su revolución, para que crezca, y el poder de la multitud, de todo el pueblo, pueda parir renacido el camino hacia la América que anhelamos. En esa imponente tarea quiero asegurarles queridos compañeros cubanos que me encontrarán codo a codo.
Reciban desde Argentina un abrazo militante.

Buenos Aires, 24 de marzo de 2008

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