La solución radica en pasar a las nuevas formas asociadas de producción, distribución y consumo, organizadas y dirigidas por los trabajadores mismos, lo cual desarticularía el poder de la burocracia
Radulfo Páez Para Kaos en la Red
La economía cubana evoluciona hacia un estancamiento de su reproducción ampliada influida por diversos factoresobjetivos entre los cualesdestacan la crisis mundial, el bloqueo imperialistas, los fenómenos naturalesy los errores de direcciónen algunos funcionarios de alto rango en la mala conducción de las relaciones económicas, todo lo cual se agrava con el desinterés, la indeferencia, el poco sentido de pertenencia y la baja participaciónde sectores de la masa laboral reflejadaen conductas de sustracción de bienes del estadoyla caídadel PIB, que se denotaa partir del año 2003.
Laciudadanía muestra un alto nivel de incomprensión sobre toda esta situación, pues no existe claridad en cuanto a sus causas, toda vez que el pueblo trabajador sigue haciendo enormes esfuerzos y sacrificios y no ve los resultados reflejados directamente en su nivel de vida. Muchos jóvenes trabajadores y estudiantes enniveles medios y universitarios ven condesesperanzauna salida satisfactoria para nuestro socialismoque tanto hatrabajado por la formación profesional de las nuevas generaciones y optan por proyectos individuales fuera del sistema estatal y el país.
La opinión publica manifiesta en los espacios posibles, su inconformidad con el mal funcionamiento de entidades estatales de todo tipo de producción, asistencia y servicios, las cuales están sujetas a una administraciónde tipo burocrático,que antes de resolver problemas lo complican todo con regulaciones, trámites, ordenes y disposiciones a diestra y siniestra que creanmil y una trabas y dificultades que afectan a la población y sus intereses cotidianos.
A muchos de estos burócratas lo que parece interesarle es mantenerse en sus puestosy posiciones, para garantizar su cómoda vida, con sus condiciones de mando y relaciones de poderentre ellos,que se apoyan mutuamente como una capa social con intereses comunes.
Se corre el riesgode que esta capa cada vez más separada de los intereses de las masas, sea enfrentada masivamente en un futuropor los propios trabajadores y el pueblo en un momento determinado de crisis, descompensarsela sociedad y la gobernabilidad, situación que pudiera ser aprovechada por el imperialismo y sus agentes internos para presentarlo como un enfrentamiento entre el pueblo y la Revolución, cuando en verdad sería un enfrentamiento entre el pueblo y los que tratan de desviarla en función de sus intereses estrechos.
No tenemos datos concretos que puedan identificar los lazos internos de esa burocracia, pues ella misma se encarga de hacer difícil la investigaciónpara conocer quiénes son y cuáles sus conexiones y modus operandis;pero lo cierto es que debemos estar prevenidospara evita cualquier desviación al estilodel socialismo real europeo.
Muchas personas, incluida buena parte de la juventud que creció con el llamado Período Especial, han perdido las esperanzasde una reanimación de la economía llamada socialistade nuestro país, pues después de 50 años de Revoluciónseguimos sin cambios fundamentales en los conceptos y métodos de dirección centralizados, por lo cual no pocosllegan a ver con buenos ojos, desgraciadamente,una implantación de relaciones de producción capitalistas privadas.
Se puede asegurar que este es un peligro latenteque divide la opinión en parte de la población,porque no conocen dicha sociedad clasista más allá de lo que ven en la televisión o lo que llega de los familiares de Miami.
Esto requiere una respuestaque trascienda la propaganda oficial y revierta el curso de la opinión pública a favor de más socialismo.
Lo cual podría lograrse si nos apoyáramos en un cambio sustancial de la economía estatizada y centralizada, sustentada en la propiedad del estado y el uso de la categoría capitalista salario para remunerar a los trabajadores en los centros de produccióny de servicios, que vaya hacia una participación real y directa de los trabajadores en la dirección y manejo de todos los centros de producción y servicios y organicen ellos mismos la distribución del ingreso basada en la repartición de una parte de las utilidades obtenidas por cada colectivo laboral, lo cual sería una fuerte motivaciónpara quese trabaje de una forma distinta, más colectiva con más y mejores resultados.
Sobre la posibilidaddel regreso al capitalismo ya el compañero Fidel Castro, con su visión de futuro, nosalertóde que el Imperialismono podría destruirnos, sin embargo las propias fuerzas de la Revolución sí lapodrían hacerdesaparecer.
¿Puede el pueblo trabajador destruirla?No. ¿Pueden hacerlo los campesinos? No. ¿Pueden ser los cooperativistas? No. ¿Pueden los combatientes revolucionarios? No. ¿Puede ser la burocracia? Si. Es esa la que puede destruirla, si no la neutralizamos, ¿pero cómo…?
Para evitarestefunesto desenlace,es necesario promover la entrega del control directo de las empresas a los colectivos de trabajadores y quitarle así el poderactual que tiene el aparato burocrático del estado, cambiando la condición actual de los trabajadoresasalariados como en el capitalismo, a la de trabajadores libres asociados como será y debe ser en el socialismo.
Esto sí podría despertar esperanzasde reanimación económica en el pueblo pues los trabajadores mismos se encargarían de organizar la produccióncolectiva con el usufructo de los medios de producción, aportando una parte, no todo, de lo que producen para los impuestos que el Estado invierte en gastos sociales y de desarrollo, ya sea desde las cooperativas agrícolas e industriales u otras formas cooperadas de autogestión.
De esta forma la burocracia perdería sus bases de poder económico y sustentación y por tanto sus posibilidades de aliarse al capital internacional para organizar en conjunto la explotación de los trabajadores cubanos, la Revolución sería preservada y quedaría estratégicamente en manosde los trabajadores de la ciudad y el campo, los manuales e intelectuales. Esa sería la manera de evitar la reversión de la Revolución que apunto Fidel, impedir la restauración del capitalismo y garantizar el avance del socialismo.
Laciudadanía muestra un alto nivel de incomprensión sobre toda esta situación, pues no existe claridad en cuanto a sus causas, toda vez que el pueblo trabajador sigue haciendo enormes esfuerzos y sacrificios y no ve los resultados reflejados directamente en su nivel de vida. Muchos jóvenes trabajadores y estudiantes enniveles medios y universitarios ven condesesperanzauna salida satisfactoria para nuestro socialismoque tanto hatrabajado por la formación profesional de las nuevas generaciones y optan por proyectos individuales fuera del sistema estatal y el país.
La opinión publica manifiesta en los espacios posibles, su inconformidad con el mal funcionamiento de entidades estatales de todo tipo de producción, asistencia y servicios, las cuales están sujetas a una administraciónde tipo burocrático,que antes de resolver problemas lo complican todo con regulaciones, trámites, ordenes y disposiciones a diestra y siniestra que creanmil y una trabas y dificultades que afectan a la población y sus intereses cotidianos.
A muchos de estos burócratas lo que parece interesarle es mantenerse en sus puestosy posiciones, para garantizar su cómoda vida, con sus condiciones de mando y relaciones de poderentre ellos,que se apoyan mutuamente como una capa social con intereses comunes.
Se corre el riesgode que esta capa cada vez más separada de los intereses de las masas, sea enfrentada masivamente en un futuropor los propios trabajadores y el pueblo en un momento determinado de crisis, descompensarsela sociedad y la gobernabilidad, situación que pudiera ser aprovechada por el imperialismo y sus agentes internos para presentarlo como un enfrentamiento entre el pueblo y la Revolución, cuando en verdad sería un enfrentamiento entre el pueblo y los que tratan de desviarla en función de sus intereses estrechos.
No tenemos datos concretos que puedan identificar los lazos internos de esa burocracia, pues ella misma se encarga de hacer difícil la investigaciónpara conocer quiénes son y cuáles sus conexiones y modus operandis;pero lo cierto es que debemos estar prevenidospara evita cualquier desviación al estilodel socialismo real europeo.
Muchas personas, incluida buena parte de la juventud que creció con el llamado Período Especial, han perdido las esperanzasde una reanimación de la economía llamada socialistade nuestro país, pues después de 50 años de Revoluciónseguimos sin cambios fundamentales en los conceptos y métodos de dirección centralizados, por lo cual no pocosllegan a ver con buenos ojos, desgraciadamente,una implantación de relaciones de producción capitalistas privadas.
Se puede asegurar que este es un peligro latenteque divide la opinión en parte de la población,porque no conocen dicha sociedad clasista más allá de lo que ven en la televisión o lo que llega de los familiares de Miami.
Esto requiere una respuestaque trascienda la propaganda oficial y revierta el curso de la opinión pública a favor de más socialismo.
Lo cual podría lograrse si nos apoyáramos en un cambio sustancial de la economía estatizada y centralizada, sustentada en la propiedad del estado y el uso de la categoría capitalista salario para remunerar a los trabajadores en los centros de produccióny de servicios, que vaya hacia una participación real y directa de los trabajadores en la dirección y manejo de todos los centros de producción y servicios y organicen ellos mismos la distribución del ingreso basada en la repartición de una parte de las utilidades obtenidas por cada colectivo laboral, lo cual sería una fuerte motivaciónpara quese trabaje de una forma distinta, más colectiva con más y mejores resultados.
Sobre la posibilidaddel regreso al capitalismo ya el compañero Fidel Castro, con su visión de futuro, nosalertóde que el Imperialismono podría destruirnos, sin embargo las propias fuerzas de la Revolución sí lapodrían hacerdesaparecer.
¿Puede el pueblo trabajador destruirla?No. ¿Pueden hacerlo los campesinos? No. ¿Pueden ser los cooperativistas? No. ¿Pueden los combatientes revolucionarios? No. ¿Puede ser la burocracia? Si. Es esa la que puede destruirla, si no la neutralizamos, ¿pero cómo…?
Para evitarestefunesto desenlace,es necesario promover la entrega del control directo de las empresas a los colectivos de trabajadores y quitarle así el poderactual que tiene el aparato burocrático del estado, cambiando la condición actual de los trabajadoresasalariados como en el capitalismo, a la de trabajadores libres asociados como será y debe ser en el socialismo.
Esto sí podría despertar esperanzasde reanimación económica en el pueblo pues los trabajadores mismos se encargarían de organizar la produccióncolectiva con el usufructo de los medios de producción, aportando una parte, no todo, de lo que producen para los impuestos que el Estado invierte en gastos sociales y de desarrollo, ya sea desde las cooperativas agrícolas e industriales u otras formas cooperadas de autogestión.
De esta forma la burocracia perdería sus bases de poder económico y sustentación y por tanto sus posibilidades de aliarse al capital internacional para organizar en conjunto la explotación de los trabajadores cubanos, la Revolución sería preservada y quedaría estratégicamente en manosde los trabajadores de la ciudad y el campo, los manuales e intelectuales. Esa sería la manera de evitar la reversión de la Revolución que apunto Fidel, impedir la restauración del capitalismo y garantizar el avance del socialismo.
La Habana, 26 de julio de 2009
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